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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 65 sultas, como fueron D. Sebastián Lorenzo Pizarra, D. Pedro Martínes de Oneca y el actual D. Mariano Martí. Lo propio hicieron, en honor de estos misioneros, vuestros gober– nadores que han sido de Cumaná en dicho tiempo: D. Agustín de Arre – dondo, D. Gregorio Espinosa de los Monteros, D. Diego Tabares, D . Mateo Gual, D . José Diguja, D . Joaquín Moreno, primer Comandante general de esta provincia, y vuestro jefe Escuadra D. José de lturriaga, con los demás Comisarios de vuestra Real Expedición de Límites, espe– cialmente D. José Solano. Por lo que han merecido estos misioneros no solamente el aplauso y abono de estos vuestros reales ministros y oficia– les en sus cartas de correspondencii! . informes a V.M. de visitas y sus resultas, sino principalmente el distinguido con que V.M. se digna de honr arles en varias reales cédulas despachadas por vuestro Supremo Conseio el.e Indias , como son las de ]4 de mayo de 1746 , etc., y en va– rias reales órdenes expedidas por medio de vuestros secretarios del Des– pacho Universal de Indias, con especialidad las del Marqués de la En– senada y de D. Julián de Arriaga, especialmente las de 17 de agosto del año 1755 y la de 22 de diciembre del año 1763, con otras . En esta última novísima real orden citada se digna V.M. de honrar a estos vuestros misioneros, no menos que en la mencionada de agosto, con las gloriosas expresiones de serle muy agradable a V.M. el acierto, buen orden y aplicación con que ejercemos el apostólico ministerio, por lo que expone Vuestra Majestad que desea auxiliarnos y protegernos, y así V.M. es servido mandarle allí mismo, a vuestro Comandante gene– ral de esta provincia , que nos entregue una escolta de pie fijo, compues– ta de 20 a 30 hombres de tropa, con nn oficial de buena conducta. En virtud de esta gracia que V.M. acababa de conceder , pidió mi antecesor y otros religiosos al obispo diocesano, en su pastoral visita , su– plicase a V.M. por dieciocho nuevos misioneros, considerando que to– dos eran necesarios, en la suposición que pod ríamos trabajar todos en las nuevas reducciones con las próximas fuerzas que ofrecía dicho nú– mero de tropa; pero, al tiempo de establecerse, me participó vuestro ac– tual Comandante general de esta provincia, D. Manuel Centurión, un nuevo arreglamiento de solos dieciocho hombres, incluso el oficial, que se habían de establecer y de facto se establecieron en las misiones por escolta de pie fijo . En atención de lo cual y en cumplimiento de lo que Vuestra Majes– tad es servido mandarme en la presente real cédula , pongo en noticia de V.M. que sólo once sacerdotes y dos legos enfermeros son necesarios,

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