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64 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA la que hace presente a V.M. las nuevas naciones que diariamente se des– cubren en las misiones que mi Religión tiene en esta provincia de Gua – yana, y que no puede tratar de su reducción a la santa fe católica por fal– ta de operarios. Por lo que suplica a V.M. dicho Rvdo. Obispo sea ser– vido de conceder, para el proprio destino, una misión de dieciocho re– ligiosos capuchinos de la provincia de Cataluña. En atención de lo que V.M. es servido mandarme por lo sobredi – cho, obedezco con el profundo respeto del más atento vasallo, dicien– do que las nuevas naciones, de quienes informa vuestro Rvdo. Obispo, son las de guaicas, bajo cuya denominación se contienen muchas, como son: guaicas, barinagotos, arinagotos, etc., de quienes sólo pudimos vues– tros misioneros reducir cuatro pueblos hasta ahora después de su descu– brimiento, pero el uno enteramente se perdió, los dos están muy a sus principios y estamos ahora recogiendo las almas del otro, que poco ha se levantó , con las pocas fuerzas que nos asisten para estas nuevas re– ducciones y su conservación junto con las de los caribes, pariagotos, gua– raúnos, aruacas y de otras naciones, incorporadas con las dichas. Los pariagotos están reducidos en siete pueblos , los caribes en otros siete, los guaraúnos están fundándose por ahora en tres pueblos, los aruacas, en uno , y los guaicas, en tres: que todos componen 21 pueblos existen– tes, sin incluir nueve que se perdieron, fundados todos desde el año de 1724, en que se principiaron absolutamente estas misiones, cuyos prin – cipios causaron inmensos trabajos con sus destrucciones y restauración, hasta tener principio de alguna firmeza. Sin embargo de ser tan nuevas estas reduccione s, han podido con– seguir de sus naturales vuestros misioneros capuchinos catalanes el te– nerlas en buen estado por lo que se mira a lo espiritual y económico, y no obstante la mortal repugnancia de indios nuevo s al trabajo perso– nal, concurrieron a todos los notables que en estas provincias se les han ofrecido a vuestros goberna dores y otros reales mini stros para el ser– vicio de Vuestra Majestad, en las muchas fábricas de castillos, trasla– ción de Guayana a la Angostura, grandes comboyes de vuestra Real Ex– pedición de Límites, a los crecidos bastimentas para cuantos trabajaron durante muchos años en estos reales servicios, y siempre para toda la tropa de la provincia en tiempo de paz y de guerra, a más de contribuir ellos mismos a todo con sus personas, según así lo informaron a Vues– tra Majestad los reverendos obispos de Puerto Rico, que lo han sido y lo son desde el mencionado año 1724, en sus pastorales visitas y sus re-

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