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MISIO N DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 55 tar y cuántos religiosos habían de buscar; ahora cuidando de lo tempo– ral y espiritual de nosotros y de los indios, nos vemos fatigados, pero entonces ¿qué fuera? Ahora apenas llegan las providencias a una de– cencia y entonces ¿a qué llegará, habiendo de proveer a centenares de pueblos enterament e desnudos? Pero todos estos inconvenientes son in– comparablemente menos que uno solo, esto es, estar ya dichos pueblos su– jetos a justicias seculares que los comen vivos, y ser privado enteramen– te el misionero de remediarlo , siendo entonces preciso sólo ver, callar y llorar. Está el punto de larga y atenta meditación que podrá proseguir mientras ruego al Señor le guarde suyo muy de veras. 149 Fray Jaime de Puigcerdá (firma y rúbrica) Carta del P. Jaime de Puigcerdá informando sobre el estado de la misión a poco de su llegada ( 1765). - Original (Archivo Provincial de Capuchinos de Cataluña). Jesús, María, José. Per Vir ginem Matr em concedat nobis Dominus salutem et pacem. Carísimo en Cristo Padre. Es incomparable el gozo que tengo de verme colocado en este anhelado destino , viendo que encontré las co– sas con más ventaj as de lo que pensaba, y es tal la corrida o vuelo que han tomado los progresos, que no se dan las unas a las otras. Vino a España el R.P . Fr . Fidel de Sautó para traer maestro de tejer, a fin de beneficiar los algodones y con ellos vestir a los indios, y, al llegar noso– tros acá encontr amos muchos maestros, plantados varios telares , tejidos abundancia de piezas y mejores de lo que se había proyectado , de modo que el algodón, por su grande fortaleza, no necesita las preparaciones que le dan en esa antes de ponerla al telar, y las piezas están más bien te– jidas, con más fortaleza y más finas que las que se tejen comúnmente en esas fábricas de Cataluña : crea que le hablo sin exageración y puede ser le remita algún día la muestra para que se desengañe. Se ha hallado un medio con que facilísimamente se blanqueen los tales lienzos, sin necesi– dad de mojarlos y dejarlos por tanto tiempo al sol y sereno como necesi– tan: aquí sólo falta el dar las pinturas para acabar las angaripolas o india-