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MISION DE LOS CAPUCHI NOS EN GUAYANA 53 órdenes que para ello se requieren. Guayana, 5 de noviembre de 1764 .. Juan Valdés. Concuerda esta copia con la que queda en el archivo de nuestra misión de Suay, de que doy fe en esta misión de Montecalvarío, hoy día 20 de enero de 1765. Fray Bruno de Barcelona, Secretario de la misión ( firma y rúbrica). 148 Carta del P. Jaime de Puigcerdá comunicando sus gratas impresiones a la llegada a la misión en enero de 1765). - Original (Archivo Provincial de Capuchinos de Cataluña). Jesús, María, José. La paz del Señor sea siempre con nosotros. Amén. Carísímo en Cristo Padre: Entre los más ingratos pudiera contarme sí, a las finas expresiones que me hizo el breve tiempo que logré su re– ligiosa compañía, no correspondiera todo lo posible, y más habiéndo – me dado la bella imagen de San José su padrón, que, puesto a la vista, me refresca de continuo la memoria de su afecto; y, siendo de su agra– do, según me expresó, le diese alguna noticia de lo que pasa en estas santas misiones para las cuales quieren muchos partirse y a este fin ape– tecen y apetece V.C. dichas noticias que les sirvan de alentar su voca– ción y de armas para rendir a espirituales enemigos que intentan frus– trarla. A este fin, pues, le certifico que el estado de ellas es muy supe– rior al concepto que tiene hecho el común de los religiosos de esa pro– vincia santa; el fruto es casi igual a nuestros deseos y de aquí a breves años será según el cumplimiento que intentamos; la cosecha está pin– tando hermosamente; la heredad se dilata considerablemente; las trojes parece serán pequeñas para tanta míes y los obreros se han de ver fati– gados al recogerla. Muy pocos son los años que se empezó esta grande obra y se ve ya adelantada que cuenta. . . pueblos de. . . almas y un pueblo de españoles de bastantes vecinos pero, dende que empezamos nuestro viaje para venir , se han añadido muchos más: se ha hecho el nom– brado pueblo español; se ha dado principio a tres misiones y se va a dar a otras porque el padre celestial de las luces las va difundiendo tan apri– sa en los corazones, que luego se congregarán en uno los pueblos disper-

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