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42 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA formes antes de· la última resolución para que no se verifique algún en– gaño, porque con esta mutación queda expuesto el Orinoco a la volun– tad del enemigo y se contentará con tener en el primer ingreso desde el mar a los castillos de Guayana, que puede fácilmente tomar según en– seña la experiencia; y siendo la mutación con el pretexto del intempe – rie, no es suficiente, porque nada se adelanta de saludable el de Angos– tura porque tiene las mismas causas y tal vez será peor el temperamen – to por los vientos que pasan por los anegadizales del río, tanto por sus crecientes como menguantes, por la podredumbre que deja de pajona– les, y doscientos indios que antes vivían en las tierras de la Angostura, que de ellos morían bastantes de enfermedades, y que por esta causa y no haber montes y tierra de labor las dejaban, y volvían solamente por el tiempo de hacer manteca de tortuga. Para el vecindario español es de tan mala calidad dicho sitio, que las tierras de labor son muy pocas y malas, porque el río crecido las anie– ga y no hay otras , y los pocos morichales que hay por allá, no son de sustancia porque los más se aniegan, y otros, por ser arenosos, no sir– ven para poder sembrar frutos ni para este fin son buenas aquellas sa– banas porque son de mucha arena, ni dan fruto, como lo enseña la expe– riencia. Y por esta causa están los vecinos de Guayana muy disgustados de ir allá, y es cierto que se mundan allá por fuerza y violentados por– que pierden sus buenas tierras sin hallar otras , y pierden sus frutos que, aunque pobres, los tienen para mantenerse; no obstante que se les da un año de tiempo para aprovecharlos, se les han de perder los árboles frutales de algunos cacaos, cocos, naranjos, etc., de que se mantenían. El fatal temperamento de Guayana no tiene de otra causa principal sino del mal gobierno que se ha dirigido, sin haber cuidado de fomen– tar ni mantener al vecindario como debía, procurando fuesen comunes las conveniencias. Si se reparan las señales expresadas en las leyes de Recopilación, para saber si son de buen temperamento las tierras, en otra parte no se hallará gente criolla que prevalezca en buenos colores sanos, robustos y corpulentos a los criollos de Guayana, ni ganados de una y otra especie a los que se crían en las sabanas de Guayana. Otras tierras de la América han sido peores que Guayana a lo menos iguales en el temperamento que se presume, y con las buenas máximas del gobier– no las han mejorado. De esto necesita Guayana, que se le procure au– mentar de una vez el vecindario y que se le dé de la mano por los oficia– les que sean más celosos del servicio de Dios y del rey, que sus propios intereses, y que en la Angostura se le ponga una fortaleza con desta-

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