BCCCAP00000000000000000000220

MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 355 viado el procurador general D . Gabriel Clavero por víveres y llevó tant os como quiso, como es constante, y aun de dichos víveres están debiendo noventa y cuatro pesos y medio (con mucha dificultad de cobrarlos los indios), y consta de la certificación que presento E. No menos falsa es la otra información que el Cabildo hizo al Vi– rrey de Santa Fe, acusándonos de que nos negamos a dar el abasto de carne a la capital, y habiendo pasado estos informes a la judicatura del Gobernador y Capitán general de Caracas, por el conocimiento que tuve de dicha información, proveyó el oficio que presento F para manifestar la poca o ninguna fidelidad del Cabildo para poderse darle crédito. Nun– ca habíamos sido notados de omisos en socorrer la capital ni desafectos al gobierno sino en tiempo del Gobernador D. Manuel Centurión, no porque sea así sino porque le da gana de decirlo, por la envidia que él y otros tienen por el hato, a donde quieren meter la mano por el ganado y por ver que tenemos bien abastecidas de comida las misiones; en mayo– res desempeños habemos sabido dar pruebas de ser puntuales en todas las cosas pertenecientes a vuestro real servicio, como se manifiesta en las carta s del Gob ernador y Sr. Intendente general, que presento G, sin ser necesario decirnos que no nos pongamos en materias de gobierno, porque bien sabemos que no nos toca, y lo más sí representar si alguna cosa interviene, como se ha practicado arriba para la observancia de las órdenes y reales cédulas. En punto de dar socorros a los ministros reales no es menester, si no que lo digan los comisarios de la Real Expedición de Límites con las cartas que presento H, los gobernadores de Cumaná I y D. Joaquín Mo– reno K, que sabe la abundancia de casabe y carne que administramos pa– ra la traslación de la ciudad de Guayana a la Angostura, y todos los indios necesarios de trabajo, y siempre necesita la capital que le vaya socorro de casabe de nuestras misiones para mantener se, y asimismo los indios continuamente están en ella trabajando para unos y otros. Ya, señor, no podemos sufrir, sino con excesos de paciencia y por amor de Dios, tantas calumnias que en materias gravísimas nos acusan todos aquellos que son hechuras de D. Manuel Centurión, que quedaría perdido si no sacaba declaraciones. Así me lo aseguraron algunos de sus vecinos que le escucharon leer el aviso y el Comandante D. José Linares los remitió a Vuestra Majestad, y fueron enviados al Gobernador y Ca– pitán general de Caracas para averiguar la verdad de los delitos, a cuyo fin fue llamado del mismo Capitán general el M.R.P. Prefecto para res– ponder la verdad y para hacerse en aquella ocasión la comprobación de

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz