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40 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA él necesarios, y con dichos indios se proveen de bogas las embarcaciones que con precisión se arman, como la del situadista que anualmente su– be a Santa Fe, y en todo el año pasado que duró la guerra, dos canoas que dispuse se mantuviesen de vigía en las principales bocas del Orino– co para que con anticipación avisasen de toda embarcación o embarcacio– nes que entrasen en dicho Orinoco para que con el anticipado aviso se evitase toda sorpresa en aquella plaza, según consta en el capítulo quinto de la instrucción por mí dada al comandante D. Juan de Dios Val– dés para precaver y sostener aquel presidio en caso de ser acometido, cu– ya instrucción corre desde la vuelta del folio 177 a la del 186. 11. - Pero es de notar y debe tenerse presente para lo que se dirá en la segunda parte, que las expresadas peonadas cuesta mucho trabajo a los misioneros el sacarlas de los pueblos por la resistencia que a ello hacen los indios, a quienes en el presidio es menester tratar con gran suavidad y sin violentarlos, pues de lo contrario toman el monte, y no es poca fortuna cuando se vuelven a su pueblo, el que con facilidad abandonan, y, por muy bien tratados que sean, no hay forma de dete– nerlos más de ocho días, por lo que costó suma dificultad y trabajo la sub– sistencia de las canoas arriba expresadas. 12. - Igual consideración se debe tener en el poco número de indios que se pueden facilitar para peones por lo mucho que distan las más de las misiones del presidio, como se reconoce en el mapa general, y ser todavía de gentiles algunas de sus inmediatas, como consta en los autos que acompañan; por lo que forzosamente ha de recaer la mayor parte del trabajo en las cinco ya bien instruidas y obedientes, y de quienes penden los víveres para el presidio, como dicho queda arriba, y, si han de atender a las labranzas, como principal objeto, muy pocos podrán concurrir a los trabajos, según se dirá en la segunda parte. 13. - Tan precisas como son las misiones para la subsistencia del presidio, lo es éste para que aquéllas no se deshagan y pierdan, y es la razón que las más de ellas son nuevas, y sus indios, con más inclinación a el monte, de donde han sido extraídos, que a la población en que vi– ven, lo que no ejecutaran; y sí hicieran mil picardías, a no tener respeto y miedo a la tropa que ocurre a evitar las inquietudes, especialmente en los pueblos de caribes altivos por naturaleza y propensos a sublevarse, de que hay repetidas experiencias con las pérdidas de los pueblos, como consta justificado en los autos; y, si por desgracia fuese acometido el presidio y tomado por los enemigos de la real corona, debe tenerse por cierto que se perdieron inmediatamente las misiones, pues sus mismos

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