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348 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA en particular de D. Luis de Sixtos que fue el corregidor de este pueblo, es que, cuando vino, llegó bien atrasado, y al cabo de poco salió con ves– tido de terciopelo y su mujer con muy buenos vestidos y con un Rosario de oro: que todo se hizo en este pueblo. Cómo lo hacían, no lo sé; sola– mente puedo decir que una vez reconvenido el dicho corregidor Sixtos que por qué quitaba de la paga de unos indios que le habían remitido, dijo: "Pues yo, Padre, todavía no hurto tanto como los otros", y así se– ría porque respective todos salieron aprovechados de sus empleos. Esto es, M.R.P. , lo que con toda seguridad de conciencia puedo res– ponder al mandato de Vuestra Caridad Muy Reverenda sobre la confron– tación de las cuentas de los autos, y con esto quedo a las órdenes y obe– diencia de Vuestra Caridad Muy Reverenda, rogando a Dios me lo guar– de muchos años. Caroní y julio, 8, de 1779. Fray Félix de Tárraga 233 Infor me-exposición de los misioneros de Guayana en contra del Coman– dante Centurión, de su actuación con ellos y del contenido de la cédula laudatoria en pro del mismo, fechada en San Ildefon so, 26 de julio de 1777. - (Caroní, 10 julio 1779). - Copia autenticada Señor. (Archivo de la Corona de Aragón, Barcelona, Fon– dos monacales. - Universidad, legajo 56, tomo 2?, ff . 117-122r.). Con el debido respeto y veneración recibo la copia autorizada de la real cédula, fecha en San Lorenzo en 26 de noviembre de 1778, que in– cluye a otra de veintiséis de julio de mil setecientos setenta y siete, fecha en San Ildefonso, que me la envía el Sr. Gobernador y Comandante ge– neral de esta provincia D. Antonio de Pereda, y, vistas las quejas que ha presentado a Vuestra Majestad D. .Manuel Centurión, Comandante que fue de esta provincia de Guayana, contra nosotros los religiosos misione– ros capuchinos catalanes de la misma provincia, bien podemos decir que no está contento de habernos perseguido y menospreciado siendo Gober– nador, que lo continúa ahora no siéndolo, sin conocer que por haberse atropellado en la conducta de su gobierno sin mirar a Dios sino a su con– natural aspiración a sus ascensos, él mismo se ha causado sus deshonores

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