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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 343 matadores luego bajaron a su pueblo de Gurumapati y de noche se lleva– ron toda la demás gente del pueblo, que eran por todos 175 personas. En el año de 1767, a 25 de febrero, todos los indios barinagotos de Ayma o cameragotos , que es lo mismo, que eran 400 almas, en una no– che se fueron todos al monte , y pasó más de un año que a ninguno pu– dimos recoger; se fueron por los temblores de tierra que había y por las muchas novelas y miedo que les infundían sus brujos y piaches; con las diligencias que practicamos se ha vuelto a reedificar el pueblo, que es hoy día el mismo de Ayma. Otros sucesos y atrasos hemos tenido. En el año 1773 hicimos una entrada al monte para recoger algunos indios en la villa Barceloneta con los españoles, de donde trajimos 40 indios asirigotos de las cabeceras del río Camas y en el año 1772 estos indios pidieron licencia al coman– dante de dicha villa para ir a sus rancherías y tierra, para traer casabe y frutos; les concedió licencia a todos, chicos y grandes, y dio también per– miso a cinco o seis personas españolas, vecinos de la villa, para que fue– sen con ellos, y en una noche, poco más arriba de la boca del río Orino– co, los indios mataron a todas estas dichas personas españolas. En el año 1769 hicimos otra entrada a Momea, de donde sacamos más de cien indios aruacas y los poblamos en la misión de Puedpa y en el año setenta se huyeron todos en compañía de dos guaicas prácticos por acompañarlos a Esquivo, y nunca más los vimos. En el año 1762 el capitán caribe. . . llamado Tumutu en una noche se huyó de dicho pue– blo con más de cien caribes, y juntamente se huyó con ellos el capitán Mayaracar con toda su gente caribe que hacían labranzas para el pueblo que empezaban en el sitio de Abaricoto, y unos y otros por la navega– ción de Caroní, Paragua, Avarauru, fueron a parar a los cerros de Canu– cu, llamados hoy por los españoles cerro Dorado. Si hubiésemos tenido soldados suficientes, no se habrían perdido tantas poblaciones, iglesias y casas, porque, si no hubiésemos podido re– coger los mismos indios fugitivos, habríamos procurado otros para es– tos fines y adelantar las poblaciones de indios y ganar terreno. Es nece– saria totalmente la escolta de treinta hombres con la misma disposición que ordena la últ ima real determinación de 22 de diciembre del año 1763. Todo lo sobredicho, por ser verdad y para que conste lo firmo en es- ta misión de Caroní, 20 de ...... de 1776. - Fray Benito de La Garriga, Prefecto. Concuerda esta copia con el original que queda en el archivo de la misión de PP. Capuchinos catalanes de la provincia de Guayana, fiel y

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