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320 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA en tanto uno se aplica, en cuanto aprenden, y en cuanto uno se descuida, en cuanto se olviden; es menester una continua aplicación. Corre por aquí una opinión que dice que no nos habemos de mover de lo que han dejado los Padres viejos. En algunas cosas las concedo y en otras, no; porque por tiempos pasados, según tengo entendido, sólo enseñaban el simple rezo y poco se apuraban a que supiesen la lengua española, que es lo principal para con facilidad poder uno aplicarse a lo que V.C.R. in– tenta: a más que a nosotros no solamente nos corre la obligación de adoc– trinarlos sino también de civilizarlos, y si uno no se aparte de lo que ha– cían los viejos, siempre serán lo mismo o, por mejor decir, siempre se– rán bestias. No puedo dejar de participarle cómo ahora han llegado dos oficia– les o caypunes que dos meses há que yo los había mandado con otros compañeros al monte para que trujeran gente, y traen 53 almas nue– vas, y han encontrado otros dos oficiales con sus compañeros de este pue– blo, que antes de un mes estarán aquí, y dicen éstos que traen otra tan– ta. Ya tiempos pasados me trujeron 125 almas; estos voluntarios son los mejores. A Dios debemos dar de todo las gracias, a quien ruego de todas veras guarde la vida de V.C.R. y en su santa gracia para gloria de Dios y aumento de estas misiones, y quedo en todo a su voluntad, deseando ocasiones de servirle. Quien obligaciones debe a V.C.R. es éste su humil– de y rendido súbdito, 226 Fray Joaquín de Barcelona (firma y rúbrica) Rescripto apostólico por el que al P. Domingo de San Hipólito, enferme– ro en la misión de Guayana, se le concede autorización para ejercer la me– dicina y la cirugía en beneficio de los indios (Roma, 17 mayo 1778). - Copia autenticada (Archivo Diocesano de Barcelona, Regestum gratia~ rum 1778, tomo 85, ff. 35v-36v.). NOTA. - Por tratarse de un documento raro e interesante a la vez, bien merece ser insertado aquí. El destinatario de esta dispensa fue el P. Domingo de San Hipólito, que, en calidad de enfermero y como simple hermano, marchó a la misión en julio de 1773; en 1778 fue ordenado sa-

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