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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 317 le haría a cada uno una labranza de tabaco o casabe, u otros frutos que le redituase cada año 200 pesos para mantenerse, y esta labranza la haría fácilmente toda la gente de cada respectivo pueblo; y dicho Maestro po– dría ayudar al Padre en sus ocupaciones y éste favorecerle con muchas cosas, y había de ser de loables costumbres, y aun con el tiempo, si te– nía vocación, podrían ordenarse, pues los señores obispos no hallan a quién ordenar. Acá no hay dichos estudiantes, ni Maestros, ni gente ca– paz para ello, y los maestros que tenemos son indios, que en los vicios casi todos son unos: y si dichos Maestros no procedían bien ni se corre– gían o enmendaban, que los RR. PP. Prefectos y Conyúdices pudiesen quitarlos. En cuanto a corregidores ya se sabe que no convienen, porque den– tro cuatro días viven públicamente amancebados y enriquecen con los su– dores de los indios y quedan los pueblos perdidos, y si el rey quiere en algún tiempo ponerlos, ha de ser del modo dicho de los Maestros: que sean de buenas costumbres: que el ponerlos y quitarlos sea a juicio de los RR . PP. Prefecto y Conyúdices, que lo miran de cerca y como cosa propia, y el señor gobernador de la provincia sólo pueda darles el título y órdenes que deben observar para el buen régimen de los pueblos. Asimismo, si el rey resuelve en algún tiempo que estos indios pa– guen diezmo y tributo, basta para esto que el Padre los instruya en esto, y que el sujeto de confianza que nombrare el Sr. Gobernador de la pro– vincia, venga a su tiempo a solo cobrarlo. Otros dicen que sería grande adelantamiento de las misiones y provincias que se hiciese un pueblo entero de catalanes de todos oficios, con sus propias mujeres e hijos; serviría de resguardo a las misiones y ejemplo para el trabajo contra la flojera de esta tierra. He visto el decreto del Rmo. P. General sobre el hospicio de Santa Fe, y, como ahora de nuevo el rey ha separado esta provincia del virrei– nato y la ha subordinado al gobierno de Caracas, por estar más cerca, se duda si permanecerá dicho hospicio en Santa Fe o si se trasladará en Caracas; y en caso permanezca en Santa Fe, soy de sentir que no con– viene que los misioneros destinados para estas misiones vayan allá, por– que cuando llegarán en Santa Fe, ya estarían cansados de estar en esta provincia de Guayana: más, Santa Fe dista muchísimo de esta provincia, es viaje de dos meses por tierras despobladas, trabajosas y peligrosas; a más que es muy dable que el Sr. Virrey se quedaría los religiosos de más talento, y acá sólo vendrían los de menos; sino lo que se debe hacer es,

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