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298 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA y con la rúbrica de mi uso en este convento de Capuchinos de Barcelona, a 13 de diciembre del año 1176. De orden de su P.M. Rvda., Fray Jaime de Barbará, Secretario (firma y rúbrica) 218 Carta del Prefecto P. Mariano de Sabadell al Comisario general de misio– nes denunciando el mal proceder del Comandante Centurión contra los misioneros e indios (Caroní, 2 agosto 1776). - Copia autenticada (AGI, Caracas, 967). Rmo. P. Comisario general. M.R.P.: Ahora más que nunca procura el Sr. Comandante general de esta provincia D. Manuel Centurión perseguir tanto a nosotros como a los pobres indios en todo cuanto se imagina, no reparando en tomar declaraciones contra nosotros de la gente más vil que en estas míseras tie– rras se hallan; y, como se le ha malogrado su expedición al soñado Do– rado, a causa de que los indios salvajes le han muerto la mayor parte de los soldados, intenta encontrar medios para disculpar su errada conducta; por cuyo fin mandó prender a un indio capitanejo y su compañero de uno de nuestros pueblos, llamado de San Pedro de las Bocas de la Patagua, a los que tiene, hace como un mes, a una dura cadena amarrados, sin otro motivo sino que él quiere que esos dos indios sean cómplices en las muer– tes de los españoles que errados salieron en solicitud del mencionado Dorado, siendo así que el misionero de dicho pueblo, que es el P. Félix de Vic, afirma que dichos indios ni otros de aquella misión han salido de su pueblo para parte alguna; y, no contento con acumular a ellos ese de– lito, les ha hecho con violencia declarar que los misioneros les habían aconsejado a tan enorme pecado; pero yo confiado que ninguno de mis súbditos es capaz de caer en tanta malicia, espero que Dios misericordioso volverá por la verdad. En las cartas que incluyo podrá V.P.R. ver los otros motivos de queja que contra él tenemos, que yo no me puedo alargar más por estar de partida el barco que se lleva estas cartas. A ninguna de las cartas que incluyo ha querido responder el Sr. Centurión, no obstante que la última se la entregó en manos propias