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234 FUENTES PARA LA HI STORIA COLONIAL DE VENEZUELA sujeto de carácter y verdad: que lo hizo hasta exponer al Excmo. Sr. Bai– lío Fr. D. Julián de Arriaga que miraba como preciso para el aumento y felicidad de aquellas poblaciones el que no fuese relevado D. Manuel Cen– turión, respecto que otro alguno podría seguirla s con el tesón que este oficial, y es lo cierto que sólo aquel Comandante sostendría aquella má– quina. Si la certificación se mira con reflexión o con explicación de quien haya visto aquellos terrenos o comprenda el estado y mérito de cada una de las provincias de la costa de Barlovento y parte de este mundo, no podrá menos de reconocer un encadenamiento de bien pintados dislates con tan escasas verdades, que, sólo por lo que he visto, encuentro tres que he rayado por particulares: la primera , la construcción de un almacén de pólvora muy bien ejecutado; la segunda , haber vestido la tropa o com– pañías de dotación con el descuento de su sueldo y mejor disciplinada de lo que estaría en los tiempos anteriores; la tercera, la construcción de una hermosa iglesia, bien que, en mi estimación, hubiera sido más prudente el minorar la fábrica y no costear el aument o, excesivo de los seis mil pesos que concedió S.M., de arbitrios como de un mes de paga de la tro– pa y otros que le van siguiendo, nada favorables ni proporcionados se– gún los alivios que deben gozar las gentes pobladoras ... 45. - Segundo punto. Mándame V.E . diga cuál ha sido la conducta de los PP. Capuchinos y los motivos de queja que les haya dado aquel Comandante, etc. Proponerme sindicar la religiosa conducta de aquellos Padres, Excmo. Señor, sería imitar la prevenida malicia de aquel Coman– dante y su espíritu dispuesto a perturbar el orden de las cosas que direc– ta o indirectamente se oponen a sus ideas e intenciones, pues he presen– ciado y me constan muchos pasajes con que fundamentar el candor de estos varones apostólicos, cuya prueba sea ésta. 46. - Posesionado D. Manuel Centurión de aquella comandancia, sin duda llegarían a su noticia algunas desazones que su antecesor More– no había tenido con aquellos religiosos catalanes sobre ciertas exteriori– dades marciales con el sexo femenino, de donde se levantó aquella voz que los frailes todo lo querían mandar , pues éstos, por su santo ministe– rio y estrecha constitución , siempre fueron vigilantísimos en sacudir los vicios y públicos escándalos; agregábase también que en sus misiones te– nían un Padre de los más graves de su Religión, que llevaba la voz de ellas, llamado el Rmo. P. Fr. Félix (Fidel) de Sautó, de conocida virtud, literatura, escritor y con algún influjo en la corte por tener muchos afec– tos y haber sido confesor del Excmo. Sr. Dr. Fr. D. Julián de Arriaga,

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