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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 233 30. - Que el hato expresado son los únicos bienes que la providen – cia divina ha facilitado a los PP. Capuchinos catalanes, es tan constante, que no admite duda ni tampoco que de éstos se visten, con ellos se man– tienen y con ellos se proveen de chocolate, vino, aguardiente, pan de ha– rina y alhajan finalmente sus iglesias, sostienen su enfermería, con ellos han hecho tan continuas entradas en los montes a sacar almas, han ves– tido la desnudez de los indios, atrayéndolos con la dádiva de herramien– tas y otras maritatas (sic) que su simplicidad aprecia; y si no, diga el Co– mandante qué caudales les ha librado para estos gastos y qué sínodos han cobrado desde el ingreso al gobierno de Caracas de D. José Solano, y se verá cómo, hasta que el marqués de la Torre se posesionó de aque– lla provincia, no habían podido percibir el menor socorro de lo atrasa– do ni de los corr ientes, que, si mal no me engaño, asciende de cincuen– ta mil pesos. Pero desde ese tiempo me consta que anualmente han ido cobrnndo alguna cosa de lo corriente, así por dicho marqués como por su sucesor D. José Carlos Agüero. ¿Qué más diezmos, Excmo. Señor, que haber carecido de este sínodo y limosna que para su manutención y sus– tento tiene asignado la piedad del rey y mandado pagar por repetidas cé– dulas que sacó el Comisario general de Indias en el expresado gobierno de D. José Solano, de cuyas circunstancias es factible que aquel Coman– dant e no haga mención? ... 33. - He dicho a V.E. que clandestinamente pude alcanzar noticias o papeles de mano de los mismos sujetos con quien se fraguaban, reduci– dos de la opresión con que de lo contrario se harían víctimas del espíri– tu altivo y soberbio para con los subordinados de aquel Comandante, y como me hallaba presente en la Angostura y supiese la reserva que se tenía de mí para formalizar sus abonos y acrecentarlos por todos medios, su propia sospecha alarmó más la mía, huyendo que yo certificase los mé– ritos con que quería realzarse, tal vez por imponerse que ni yo lo certifi– caría, por no ser ciertos, ni me incluiría entre la gente de que se valió con tanta desgracia, que es de irrisión la pintura de cada uno de los su– jetos con que forjó dicha certificación, la que incluyo a V.E., n. 4. 34. - De esta certificación me consta y estoy muy cerciorado que el mismo Centurión hizo el borrador y que ninguno de los que la firmaron es capaz de hacerla, pero ni de entenderla , pues los conozco y he tratado a todos, y más creo que todos firmaron sin saber lo que firmaban ... 35. - Esta certificación sin duda pasaría a la corte por mano del go– bernador D. José Solano, acompañándola con su apoyo, según me dijo

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