BCCCAP00000000000000000000220

MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 223 señala V.M. como de las misas que celebraron los misioneros; y, por fin, consiguió del secretario del Excmo. Sr. Virrey la carta de reprensión y amenaza que, con título de ruego y encargo, nos remitió, y es la que acom– paña letra B. Por lo cual, aunque en vuestro Real Consejo se ha dado estos días providencia muy decorosa y ventajosa para los misioneros, me temo y con razón, que no bastará para atajar las ruinas que experimentamos, ya porque dicha providencia es nacida de las representaciones hechas a V.M. antes del año 73, por lo que no puede proceder con conocimiento de lo acaecido desde entonces, que es lo más lamentable y pernicioso; ya tam– bién porque la viveza del nominado Sr. Centurión sabrá evadirse de ella, como lo hizo en la antedicha del año 72; ya, por fin, porque no es de terminación final, antes para hacerla se piden informes al Excmo. Sr. Vi– rrey y a mi Prefecto, y, por más favorables que vengan, mientras se eva– cuan, se envían al Consejo, delibera éste y la resolución pasa a la Amé– rica, hay sobrado tiempo para que el Comandante general, los corregi– dores y administrador, que quedan en posesión de sus fueros, acaben de desazonar a los misioneros y a los indios, y éstos acaben con los españo– les, como ha empezado ya, y se huyan sin esperanza de que vuelvan, se– gún lo que se dice en la carta A número 19, P .D. La apresuración a que obliga el inminente daño en la presente oca– sión no dio lugar a conseguir los testimonios de sujetos que pudieran dar fe y menos donde el jefe conmina con vara de hierro a todos sus de– pendientes. Pudie ran testificar las respuestas a nuestras cartas en los asuntos que se tratan, si el Sr. Centurión hubiera contestado, pero al con– siderar que sus respuestas pueden ser testigos auténticos, o no las da o las envía de palabra y la misma cautela usa con los demás papeles concer– nientes a tales asuntos, no permitiendo tampoco que se nos den copias auténticas de ellos, aunque se le pidan en forma; y así no es de extra– ñar que la referida carta A venga sin respuesta y con solo el testimonio del religioso que la entregó; pero puedo testificar de lo contenido en ella como que suministré la mayor parte de sus noticias, y las restantes, otros misioneros dignos de crédito, y sólo se pusieron las más ciertas y escru– pulosamente examinadas con orden y asistencia de mi P. Prefecto, lo cual, si conviene, juraré, in pectare sacerdotis, sin que por eso pretenda que no se tomen las averiguaciones de otros sujetos imparciales y desinte– resados, pues, como de casos notorios, muchos podrán testificar, especial– mente el Ilmo. Obispo actual de Puerto Rico, que, estando en Guayana por octubre próximo pasado, averiguó algunos de los referidos casos sus-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz