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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 213 los auxilios de los Padres misioneros que cuidan de socorrer las once fami– lias y 87 almas. Ciudad de Guirior. - El día siete de diciembre me embarqué en el río Paragna y, después de más de cien leguas de navegación por las aguas de este río cubierto de inmensa arboleda, lleno de variedad de aves acuá– ticas y anfibios, que proveen de sustento en estas pesadas marchas, lle– gué al sitio en que hoy está fundado el pueblo de San José , tierra de los caribes mansos, y la ribera opuesta habitada de la nación de los achirigo– tos, cuyos climas abrasados de los rayos del sol y apestados con la fetidez de los hálitos que arrojan de sí la multitud de ríos y caños, siempre som– bríos y cerrados de maleza, causan el mayor trastorno en los humores del cuerpo humano, alterando el curso natural y sistema de la naturaleza, falta de toda la apetencia, sólo se respira un aire fétido y ardiente, se llagan las encías, se cae el cutis del cuerpo y por todas partes parece tras– pirar veneno; y, en tanta displicencia y desmayo, no hay otro remedio que internarse más en el peligro. Siguiendo , pues , la navegación por el Pa– tagua llegué a la ciudad de Guirior al cabo de 17 días de jornada. Está situada a los cuatro grados y cincuenta minutos de latitud y a los 315 con veinte minutos de longitud, en la ribera oriental del río Patagua, en la horquilla que éste forma en el Paraguamusi que se incorpora con el ante– cedente a poca distancia. Esta ciudad se estaba fundando por el teniente de Infantería D. Vi– cente Díez de la Fuente , a quien destacó D. Manuel Centurión para es– te efecto con 60 soldados y algunas familias españolas. Toda la ciudad es– tá reducida a 27 barracas de españoles y algunas rancherías de indios que se iban agregando, con algunos cañoncitos y pedr eros. Por la parte del sur y poniente , a poco más de una legua de distancia, la ciñen las sierras de la Parime, de donde desciende el río de su nom– bre, y, corriendo hacia el sur, se incorpora en el Río Negro y ambos en el de las Amazonas, cerca del río de la Parime, no lejos de donde le entra el río Curaricara. Hacia los tre s grados de latitud y 316 de longitud se ha fundado la villa de Santa Rosa; y veinte leguas más hacia el sur, bajo d mismo paralelo, la de Santa Bárbara, y cuasi bajo de la línea equinoccial se ha dado principio a la de San Juan Bautista de Cadaca, con el objeto de que sirvan de escalas para el viaje de la laguna del Dorado o Parime, que cae al les-sueste de estos pueblos y a quien los indios dan el nombre de Manoa, descubierta últimamente , aunque no sin trabajos, con menos desgracias de las que experimentaron Felipe de Utre que salió de la Pro-