BCCCAP00000000000000000000220
MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 205 rales para el buen gobierno de los misioneros capuchinos de Indias, con– firmadas por el rey nuestro señor, que Dios guarde, y encargadas a la Real Audiencia para que no se vaya contra su tenor y forma, y reimpri– midas el año 1763 con su real permiso. La fundación del hato, además del expresado real permiso, es con– forme a lo prevenido por dichas reales declaraciones para socorro de las necesidades de los religiosos y los indios, y para hacer las entradas, y se expresa en las declaraciones 15, 16 y 18. No solamente nos ha quitado el hato, su intendencia y administración, sino también la procura, el produc– to de las limosnas de sínodos que estaban incorporados en ella, y limos– nas de misas, y nos ha dejado en un mísero estado, sin podernos mante– ner porque ordinariamente no pasa de la mitad la cobranza de los indios y muchos años se pasan sin cobrar cosa, como lo manifiesta la larga can– tidad de más de sesenta mil pesos atrasados, por lo muy cargado de las reales cajas, por cuyo motivo no se puede dar cumplimiento a tan repeti– das cédulas de S.M. para que sean efectivas las pagas de estas limosnas, a que se añade la dificultad de ir por ellas tan lejos y trabajoso viaje. Y siendo así, nos habemos mantenido de los productos de frutos del hato en la observancia de la vida común, y mediante el dicho real permiso y el tenor de las citadas declaraciones, no pensamos hacer agravio a los indios , socorriendo nuestras necesidades de dichos frutos; antes bien pa– rece una especie de crueldad el privarlo, como se nos priva, pretextando ser bienes de los indios y nos reduce al primer estado mísero de los Pa– dres fundadores, casi con el motivo de fundar otro para mantenernos, y a los indios, y para hacer entradas, porque, no teniendo intendencia del hato los misioneros, y sin propiedad porque no les es lícito, pronto se acabará como otros que fundaron en la provincia de Caracas los misione– ros capuchinos, y luego de tener el manejo los corregidores, se acabaron los hatos; y en Guayan a será muy fácil de acabarse por lo que se mira de los hatos de Orinoco y sus riberas, por lo que se han aprovechado los extraños, y, sí no fuese esto, no estarían tan atrasadas de carne las pro– vincias, pero se da la culpa a los ladrones y éstos a sus amos, y así no es temerario el pensar que este amo pasará en el mismo extremo y enton– ces podrá decir mejor que antes el Comandante, que a la provincia amena– za una hambre universal si no se socorre de carne del hato de la misión; con esta polleguera (sic) se abre la puerta para su perdición del hato, si no se les quita de la mano. Lo más deplorable es el escándalo que se ha movido en la introduc– ción de los corregidores, amenazando una general fuga todos los indios,
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz