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188 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA No está en esto la dificultad sino en hallar quien quiera sujetarse en ser Cura doctrinero, porque , repugnando, luego nos publica el Coman– dante por desobedientes al rey, y, llegando a España esas voces, sin saber otra cosa, si tenemos o no razón, todo es escándalos, como acaba de su– ceder, rechazando el R.P. Prefecto y Conjueces una orden de dicho Sr. Comandante, poniendo por su autoridad y sin demora a un corregidor, al cual daba más autoridad y poderes sobre los indios de lo que le perte– necía y podía dar , con que nos impedía la observancia de nuestras Orde– naciones generales de los Capuchinos misioneros y otras cédulas reales que tenemos para el manejo de los indios. Cuando fui llamado del Sr. Comandante para informarse de mi via– je, me dijo que los Padres eran desobedientes y que él estaba en lugar del rey, y que hicieron mal de no permitir poner dicho corregidor. Le dije que si él había o no informado al rey ser los Padres desobedientes, yo no lo sabía, pero que estoy seguro que en la corte no creerán fácilmen– te el dicho de inobedientes, sino que mirarán los fundamentos en que se fundan los Padres, y verán que citan una cédula que dice cuiden los Pa– dres de que los indios tengan labranzas, etc. Otra: que nadie saque in– dios de los pueblos para trabajar sin consentimiento de los Padres, a fin de que no vayan los que peligran de huirse y atrasarse en la doctrina, etc., y todo esto encargó al corregidor. Verán también que todos los Goberna – dores y Comisarios de la Real Expedición y todos los Obispos con palmas nos llevan a la presencia del rey con informes tan favorables que nos publican que no hay en la América otros más obedientes a Su Majestad, más celosos en el cumplimiento de sus reales leyes, y ¿quiere ahora que justamente V.M. sea creído? Que todos los Sres. Gobernadores dicen que están en lugar del rey, es verdad, pero también vemos cada punto que reciben cédulas del rey, y unos que son apeados y otros que les dice Su Majestad que se da por mal servido. De dicha conversación he inferido que procura se demoren estos pueblos y sabemos que trabaja para que se paguen diezmos, y tengo estudiada la respuesta. Contrariamente nos sa– le con algún embarazo y esto es lo que más peso da a la prefectura. Reciba V.P. muchas memorias de mis compañeros, que todos somos 16, incluso el enfermero. El P. Francisco de San Julián continúa con sus dolores y no por eso deja de cumplir exactamente con su presidencia de misionero, y es ejemplarísimo en las virtudes, y así todos los demás Pa– dres. Me dan gran consuelo de verlos aplicados en su ministerio y ejer– cicios de religioso capuchino. Sin exageración digo que me contentaré de ser en la virtud como cada uno de ellos.
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