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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 23 expresas, y de lo mucho que necesitan de maestros los referidos indios que les enseñen a tejer lienzos, mediante lo abundante que son los mon– tes de algodón, y sobre lo que parezca conveniente a su mayor beneficio . Y, para que tenga efecto lo referido, mandaba y mandó que el pre– sente escribano pase a las casas de la habitación del M.R.P . Prefecto y, precedido el recato político y venia acostumbrada, le intime este auto, que sirva de bastante exhorto en forma, dándole testimonio, si lo pidie– re, por lo cual así lo proveyó, mandó y firmó, de que doy fe. - José Di– guja. - Ante mí, Luis de Figueroa Vallejos, escribano real de gobernación. 137 Estado de la misión de Guayana, con la noticia de fundación de sus pue– blos, dado por el P. Prefecto Fidel de Sautó (Suay, 26 febrero 1761). - Copia autenticada (AGI, Caracas, 441, "Segunda pieza de los autos de la visita de Diguja a Guayana", ff. 141-149r.). Si bien es verdad que desde el año de 1724 empezaron los indios de la provincia de Guayana a tener perseverancia en la fe católica que les predicaron los misioneros capuchinos catalanes y por tanto puede de– cirse que desde entonces empezó su verdadera fundación, no obstante no fue ya en dicho año que empezó a predicarse el santo Evangelio en la mencionada provincia, pues se infiere de un libro antiguo de bautis– mos que, desde el año mil seiscientos sesenta y cuatro, entraron varios sacerdotes en diferentes tiempos a la pacificación y reducción de los na– turales, como fueron el P. José Sampayo, religioso de Santo Domingo, el P . Manuel de la Purificación, Descalzo de San Agustín; los clérigos D. Francisco de Rojas, D. Miguel Buenaventura de Angulo, D. José de Fi– gueroa y el Racionero D. Andrés Fernández; los PP. Jesuitas Juan de Vergara, Dionisio Mesland, Francisco de Elaurri e Ignacio Cano, los Capuchinos catalanes el P. Angel de Mataró y el P . Pablo de Blanes. A estos dos Capuchinos y demás hicieron los Padres de la Com– pañía solemne renuncia de las dichas misiones con autoridad del señor gobernador de la Trinidad D. Tiburcio Axpe y Zúñiga el año de mil seiscientos ochenta y uno, y éste las consignó a dichos Capuchinos ca– talanes, por el encargo que tenía de la Real Audiencia de Santa Fe, para proveer de misioneros a la provincia de Guayana, según consta por autos

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