BCCCAP00000000000000000000220

MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 171 y se le paga diezmo de lo que producen y el Papa le tiene concedido to– dos los diezmos y él tiene obligación con eso de mantener los eclesiásti– cos, construir las iglesitas, catedrales, fundar las rentas o mantener los obispos, canónigos, etc., y tiene el patronato; nada de eso ignoren VV. PP. Le respondemos que estamos exentos de pagarlos por la bula de Sixto IV y otros Pontífices, etc., y para excusar a los indios alego fuertes razones que los favorecen, atendiendo a sus personas y servicios que ha– cen en la república, por ser los únicos casi que se hallan para trabajar en la construcción de iglesias, fortalezas reales, casas y labranzas del vecin– dario español de la provincia; el trabajo grande que tienen para ir a tra– bajar a dicha ciudad o capital en tan larga distancia, porque los indios o pueblos de trabaj o más lejos a ella dista 40 leguas y hacen más, con que de ida y vuelta han de caminar a pies más de 80 leguas, y los más cer– canos a ella han de caminar más de 40 de ida y vuelta. A esto se añade otra razón siguiente: que si hasta ahora los Ilmos. Obispos y Gobernado– res no se aseguran en decir ni determinar que estos indios se pongan a demor a o tributarios , enterados de que por estar estos indios tienen en sus fronteras muchísimas naciones de indios que reducir a misión y que ellos se comunican y tratan con los extranjeros holandeses, temen quepo– dría resultar más daño que provecho, y por esto han suspendido deter– minar que se demoren por no hacer novedad, la misma razón corre para no pedirles los diezmos a fin de no causar novedad y perder estos indios con esa novedad y ser causa de retirar dichas naciones, etc., consultarnos esta materia con nuestro Rmo . P . Comisario general antes de consentir que a los indios se les pidan los diezmos, y espero que por ahora quedarán libres de eso, porque todavía no conviene hacer esta novedad, fundando en los autores que los excusan con semejantes fundamentos. Ya hago cuenta que estará en Cádiz el P. Jaime de Puigcerdá, com– pañero del R.P. Joaquín María de Martorell, que murió en la isla Mar– garita después de unos fervorosos sermones que predicó en esa isla. El Capítulo pasado los enviaba en España para representar al nuestro R. P. Comisario y al rey algunos negocios y cosas que movía el Comandan– te de esta provincia en detrimento grande de nuestros indios y al mismo tiempo embarazando la observancia de nuestros institutos y la práctica de algunas cédulas particulares que ganaron los Padres misioneros para la dirección de los pueblos de estos indios. Tanto el Sr. Obispo de Caracas como nuestro Síndico, que lo es el Ilmo. Sr. Dr. Deán de aquella catedral D. Lorenzo José de Borges, en carta de julio próximo, nos escriben grandes elogios de las virtudes y

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz