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170 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA que sin méritos, y en primer Conyúdice el R.P. Antonio de Cervera, y en segundo, el R.P. Tomás de Mataró, para que V.P. se digne mandarme lo que sea de su gusto, y, si no hubiese llegado la noticia del difunto, pa– ra que se le hagan los sufragios. Fue todo el Capítulo con mucha paz y unión y todo se despachó con brevedad y no hay cosa que desdiga de nuestra obligación en el proceder de los religiosos. En quince de marzo próximo el P. Pedro de Fugarolas, Presidente de su pueblo de San Pedro de Gurumapati , fundado en el río Patagua, para aumentar más número de indios al pueblo, con licencia de los supe– riores, fue a las cabeceras de este río, y los mismos indios que lo acom– pañaban en las curiaras y eran sus feligreses, de nación asirigotos, mata– ron a dicho religioso, sin saber el día que murió, y mataron a un mozo catalán, hijo de Calafat, que lo acompañaba, y a cuatro indios más sus compañeros; lo participo para que se le hagan los sufragios. En esta ocasión, a petición nuestra, informa el Comandante de esta provincia al rey para que vengan once religiosos de esa santa provincia, que son los que faltarían desde el año 767, que tenía esta misión 27 re– ligiosos; de dichos once los cuatro son muertos en estos pueblos, como que lo escribimos para que se les celebrasen los sufragios acostumbrados, y los otros se restituyeron a la provincia. Además de estos once espera– mos que vengan los doce que pedimos en dicho año al Rmo. P. Comisa– rio general y todavía no han llegado. Pueda ser que el rey no tardará a mandar que se demoren algunos pueblos de indios de nuestra misión, porque sabemos que hace instancia el Comandante general de esta provincia; lo mismo escribo a nuestro R. P. Comisario, porque , antes que llegue a ejecutarse, debemos saber la voluntad de V.P. Rma., porque no es todo uno ser misionero o ser cu– ras doctrineros, y en dicha cosa puede ser que se pretenda que lo seamos, aunque el intento de Vuestras Rmas. sea enviarnos para vivas conversio– nes; sobre esta determinación conviene saber lo que dispongan VV. PP. RR.; supongo que en semejantes casos los religiosos, cualesquiera que sean, los dejan curas doctrineros por falta de clérigos seculares, y, hasta tanto que los haya, me parece haber leído una carta del R.P . Bernardino de Barcelona que daba su parecer para los pueblos de la isla Trinidad: que le parecía poder ser como ayudarles de curas, a fin que, por falta de clérigos, no se perdiese el trabajo de nuestras manos. El mismo Comandante ahora nos ha presentado un escrito, con la demanda del oficial real contador de pagar diezmos los religiosos y los in– dios de nuestras misiones; es que las tierras de los indios son a el rey
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