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152 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA manos de aquellos bárbaros, como de facto muchos la perdieron desde el año 1724 de la fundación de aquellas misiones, como podía constarle si se lo permitiese el ningún afecto que tiene a los misioneros, o por lo menos podía inferirlo con haber experimentado que en solos seis años de su comandancia, mataron a tres de ellos, a dos con veneno y al otro pasaron a flechazos, de que murió luego, y acaba de suceder ahora que han flechado al Prelado. Considerando, señor, dichos misioneros que en la realidad no sacan otros frutos temporales de serlo sino los insinuados, sienten que tan vo– luntariamente los insulte y acrimine lo contrario el expresado Coman– dante general D. Manuel Centurión, y que, habiéndoles aprobado los antecesores gobernadores en sus visitas con bien distinguidas expresiones la misma conducta que hoy tienen en orden a la pacificación de los in– dios, éste se la reprueba absolutamente con los dicterios más afrento– sos, sobre injustos, de que son poco afectos al real servicio de V.M., hombres de dura cerviz, amigos de independencia a los reales ministerios, perturbadores del gobierno, sediciosos, amotinadores, etc., sin que ha– ya bastado jamás para moderarle el haberle manifestado las reales dis– posiciones en que fundan su conducta dichos religiosos y que toda ella o es dispuesta por V.R.M. o aprobada honoríficamente por los gobernado– res y Rvdos. Obispos, que la pusieron en vuestra real inteligencia en sus autos de visita, haciéndole presente a este fin al dicho Comandante ge– neral las reales cédulas de 5 de agosto de 1702, y la de 20 de septiem– bre de 1755 y la de 22 de diciembre de 1763, las ordenanzas de los mi– sioneros capuchinos y sus declaraciones, aprobadas y mandadas observar por V.M. con cédula real que las acompaña; las visitas generales y sus autos que hicieron de aquellas misiones los gobernadores de Cumaná, es– pecialmente D. José Diguja, año 1761, y los Rvdos. Obispo de Puerto Rico D. Pedro de Oneca, año 1759, y D. Mariano Martí, año 1765, y, finalmente, varias cartas laudatorias que por esta conducta les escribían D. José de Iturriaga y el gobernador de Caracas cuando lo era D. José Solano. El haberle representado los misioneros al expresado Comandante general estos preciosos fundamentos de su conducta en la pacificación de los indios para que sobreseyese en las novedades contrarias a la re– ducción, que introdujo hasta que V.R.M. resolviese lo conveniente, creen que es el fundamento de afligirlos tanto como experimentan. Las principales novedades que introdujo y contra las cuales han repre– sentado los misioneros, son: intentar por sí y con mandatos suyos las

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