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MISION DE LOS CAPUCHI NOS EN GUAYANA 127 mún, cuidando los misioneros de todos los bienes de comunidad, podía– mos mantenernos con alguna decencia y con los alimentos necesarios a la vida, pero una vez que el corregidor tenga el gobierno sobre los bie– nes de comunidad de los indios, ya los misioneros quedamos sin medio alguno para poder vivir, porque en estas tierras es regular que los corre– gidores son unos usurpadores de los bienes y libertad de los indios; de que resulta que el Padre misionero los ha de reprender y, quedando los corregidores con el resentimiento de la corrección, injurian cuanto pue– den al Padre misionero, y no tienen que pensar los Padres misioneros de recurrir al Comandante porque éste prefiere la instrucción de cual– quier soldado o plebeyo a la de los misioneros, quedando éstos, por to– dos lados, hechos oprobio de indios y españoles y aun del Comandante, como lo prueban los términos ofensivos con que habla en sus cartas y, por fin, queda sin estimación alguna la enseñanza de los misioneros. 3. - Si se pone en planta poner corregidor que gobierne los indios recién salid.os clel monte, se sigue que, no teniendo el misionero arbiüio alguno para atraer y aficionar a los indios, le faltan los medios natura – les que pueden concurrir al ccnccimient o de les biene s espirituales y eter– nos y así síemp!·e quedarán los indios sin conocimiento de Dios y con in– capacidad de recibir los sacramentos. 4. - Sí el sistema de este Comandante se pone en planta antes de ser aprobado del rey nuestro señor, puede ser que sea un caos de disen– siones entre comandantes, corregidores y misioneros, pues, en donde no hay regla fija y seguridad estable, no puede originarse sino confusión, como ya experimentamos por la contradicción que padecen las ínstructas que da el comandante al corregidor, con lo que nos escribe a nosotros. 5. - Si el rey nuestro señor dispone un nuevo sistema para el go– bierno de las nuevas reducciones, también se dignará darnos modelo de cómo nos hemos de gobernar. 6. - Si el gobierno civil, político y económico de las nuevas reduc– ciones se entrega al cargo de corregidores con el proyecto y método que estableció el Comandante general, en vano son los misioneros porque desde luego pueden ponerse curas o doctrineros. 7. - Por proveérsenos en fuerza de nuestro instituto la residencia en curatos, suplicamos a Su Real Majestad nos exima de ellos, a lo me– nos de pueblos de los españoles, y aun interinamente, porque de lo contrarío sucede que los clérigos a quienes el Ordinario les da el título para cuidar la tropa de los castillos de la vieja Guayana, dejando su primera ins– titución, se pasan a la Angostura, y esta contradicción deben cargar so-

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