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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 105 el bien y mal, la ciencia o ignorancia de ellos, por la mayor parte pende de la educación de la juventud y de nuestra aplicación en ella y en lo restante. Tengo propuesto escribirle dilatadamente sobre este punto y cómo se han de disponer para el santo matrimonio y demás sacramen– tos. Suplico que sin perder ocasión me mande la libreta que ha escrito para confesar en guayano, para ejercitarlo con unos que catequizo para casarlos. Va la tarraya (sic) aunque necesitada de algún remiendo: que mis cosas nunca han de salir perfectas de mi mano. El río empieza a bajar, a Dios gracias, y los caribes, que están muy desosos de ir, me dicen que hasta la otra luna no estará bueno, pero yo no tendré tanta paciencia, sólo aguardo algo más para que no salga otra creciente al tiempo de pasar los más arriesgados raudales . El P. Domin– go cogió doscientas doce almas, a Dios gracias, y día 28 del corriente ya había pasado el presidio para Angostura. Mucho necesita que le ayude Vuestra Caridad Reverenda. Caroní, 31 de agosto de 1769. 166 Fray Jaime de Puigcerdá (firma y rúbrica) El obispo de Puerto Rico informa al rey sobre los religiosos misioneros existentes en Guayana y la necesidad de once sacerdotes más y dos legos enfermeros con destino a las nuevas conversiones (Puerto Rico, 15 sep- tiembre 1769). - Original (AGI, Caracas, 227). Señor: En carta de 28 de abril de 1766 dí cuenta a V.R.M. de que por la visita que practiqué de los pueblos de las misiones de la provincia de Guayana, que se hallan al cargo de los religiosos capuchinos de la de Cataluña, reconocí los progresos y utilidades de sus tareas en la reduc– ción y conversión de indios: que de éstos se descubrían distintas nacio– nes que reducir a la santa fe católica: que esta obra no se emprendía por falta de operarios, pues los existentes es hallaban ya empleados; y suplicaba que, en esta inteligencia, se dignase la piedad de V.R.M. conce-

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