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M ISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 101 dos de los holandeses, que les enseñaron cómo lo habían de hacer, nom– brando primero diez caribes por cada Padre y diez por cada soldado y los otros para robar , y todos en una mesma hora de la doctrina al salir de la iglesia nos habían de matar. Así lo practicaron puntualmente y lo sé porque soy testigo de vista y estaba de Presidente de Tupuquén; tam– bién fui preso de los caribes y fui librado como por milagro y ví cómo los caribes me mataron dos milicianos y a dos soldados que dejaron por muertos desbaratadas sus cabezas a macanazos y se llevaron una mano de muerto para la fiesta, y me hurtaron los vasos sagrados y ornamentos de misa ; ví también y conocí a un mulato holand és que como caribe ano– tado vino para enseñar y animar a los caribes; él y su nombre es bien sabido y conocido en estas misiones. El año de sesenta y dos me avisó el P. Presidente de la misión de Supama que un capitanejo guaica de esta misión había hurtado algu– nos indios párvulos del mismo pueblo y que los había vendido a los holandeses tratantes y, para quitarle la ocasión, lo puse con su parciali– dad en otra misión, y aquel pueblo se nos perdió con la persecución de los caribes. A nuestra misión de Cavallapi , día 20 de junio del año 66, llegaron un negro y un indio compradores de poitos , cada uno con su pasaporte del gobernador de Esquivo, de quien decían ellos que eran esclavos; aunque en los pasaportes dice que van al río Apononi, según dice el in– térprete, para cobranzas viejas, se debe entender que van a cobrar y comprar indios, y el Padre misionero de esa misión les mandó dejar las dos curiaras en el puerto de la misión y por tierra me los envió a la misión de Guasipati, en que estaba de Presidente y les quité los pasa– portes , que son los mismos en lengua holandesa, que ahora incluyo con ésta, con las letras A y B; y los soldados prend ieron a los dos y los pre– sentaron al R.P . Pr efecto que era Fray José de Gua rdia, y enviaron al ne– gro a D . Joaquín Moreno, Comandante general de Guayana , y dejó estar al indio en la misión de Caroní. Este mismo negro , por últimos del año 65, ya había venido otra vez a la misión de Cavallapi y Guasipati con pasaporte que decía que el criollo negro tampoco iba a la misión de Carapo a buscar unos indios esclavos fugitivos de Esquivo; éstos eran cuatro indios de diferentes na– ciones, con sus familias, que seis años había estaban en dicha misión , y le impedí que pasase adelante; le permití que dos de los dichos indios le manifestasen que no querían ir y le predicaron cuánto más valía estar en misión que ser esclavos de Ficaquén, que es el gobernador; lo des-

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