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64 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA tes y esa misma sugirieron ahora a D. Antonio de Pereda, actual gober– nador. Este puso en ejecución una real orden por la que se mandaba qui– tar de los pueblos misionales que estaban a cargo de los Observantes de Píritu en Guayana, los "capitanes, conservadores, corregidores o ca– bos de guerra", precisamente "por las muchas vejaciones y graves extor– siones que hacen a los miserables indios". Lo mismo que había sucedi– do en los pueblos de la misión capuchina con los puestos por Centu– rión.10 3.-A pesar de las dificultades surgidas y de la contra hecha así por Centurión como por sus secuaces y colaboradores, es consolador ha– cer constatar que la misión siguió adelante. La situación de la misma queda bien reflejada en una carta del entonces Prefecto P. Benito de La Garriga, escrita después de hacer su visita a todos los pueblos en 1779: · "Habiendo seguido y visto todos los pueblos de nuestro cargo, he ha– llado que están los indios bien abastecidos de comida y abundantes de labranzas o sementeras de yuca y demás frutos como plátanos, maíz, etc., que es la prima circunstancia necesaria para mantenerse en sus pueblos, que están bien formados con sus calles y limpios, las iglesias buenas, gran– des y aseadas con sus sacristías y suficientes ornamentos de misa; la en– señanza o doctrina de los indios está puntual, porque todos los indios, grandes y chicos, así que aclare el día acuden a la iglesia al toque de cam– pana, en que primero cantan el rezado a coros, repitiendo el segundo lo mismo que canta el primero, empezando por el Padrenuestro y algunos días, para saber rezar mejor las oraciones, no las cantan sino rezadas así a coros, y luego se les hacen las preguntas del catecismo y en todo se pasa una hora más o menos; y por la tarde asisten a la iglesia los indios pequeños y dicen lo mismo, y están una hora y siempre con la asis– tencia del Padre misionero que les explica lo que rezan" . 11 Buena prueba de la situación de la misión y del buen comportamien– to de los religiosos es el testimonio del P. Miguel de Pamplona, más tarde obispo de Arequipa, quien en 1779 se llegó a Guayana en calidad KLAND, o. c., 43); cfr. también el informe del P. Sabadell a Pereda (AGI, Caracas, 946). 10. Orden de José de Gálvez, San Lorenzo, 18 noviembre 1782 (Arch. Gen. de la Nación, Misiones, VI, ff. 141-144); carta de Pereda, Guayana, 3 enero 1784 (AGI, Caracas, 139) . 11. Carta del P. Benito de La Garriga, 1 febrero 1779 (Archivo Provincial de Ca– puchinos de Cataluña; STRICKLAND, o. c., 37-8).

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