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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 29 El problema no ofreció mayor importancia. Cuando todavía el P. Vic hacía gestiones ante el Consejo de Indias, la cuestión estaba ya zan– jada por otra transcendental concordia celebrada entre los Observantes de Píritu, los Capuchinos de Guayana y los Jesuítas del Orinoco, con asistencia del gobernador D. Carlos de Sucre, el 20 de marzo de 1734. Dicha concordia fue ratificada por cédula dada en San Ildefonso, 16 de septiembre de 1736. El territorio definitivo de la misión capuchina que– daba fijado dentro de una línea que partiendo de Angostura se dirigía al sur, sin concretar término, y por otra parte desde Angostura hasta la bo– ca grande de los navíos. 4 De ese modo todo quedó en paz y los misioneros pudieron dedicar– se en adelante a la conversión y reducción de los naturales que poblaban los respectivos territorios sin roces ni altercados. 3.-Otro de los asuntos expuestos por el P. José Antonio de Vic al Consejo de Indias fue el envío de 25 familias canarias por cuenta de la real hacienda; en ello no hubo gran dificultad por lo que se ordenó por otra cédula que así se hiciese y que se entregasen a los religiosos tres mil pesos para la manutención de las expresadas familias.5 Tampo– co puso reparos notables el Consejo para conceder a los misioneros au– mento del subsidio, elevándolo a 150 pesos anuales, como se hizo en 1739. Otro tanto sucedió con la escolta pedida: se autorizó, pero la rea– lidad es que de momento todo siguió igual y, sólo después de años y repetidas instancias, como veremos, logró la misión disfrutar de tan im– portante ayuda. Finalmente, también se accedió a otra de las peticiones del P. Vic: envío de doce religiosos, pero ante las propuestas del obispo de Puerto Rico y del gobernador de Trinidad para que fuesen seis a la isla y otros seis a Guayana, surgieron no pocas dificultades. 6 Incluso los superiores de la provincia capuchina de Cataluña se mostraron reacios a tal divi– sión, por lo que el Consejo decidió en última instancia fuesen los doce a Guayana y que el obispo y gobernador buscasen sacerdotes y asimismo Jesuitas y al gobernador de Guayana para que asistan a la reuni6n de la demar– caci6n (Santa Fe, 30 de enero de 1735 (ibid.). 4. V. el texto de la concordia y de la cédula en LoDARES, o. c., 199-201. 5. Cédula fechada en Aranjuez, 15 abril 1736 (AGI, Caracas, 966). 6. Cfr. este memorial del P. Vic y los documentos relativos a sus peticiones en AGI, Santo Domingo, 678.
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