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24 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA llas proximidades. Poco tiempo después los indios le dieron muerte al igual que a sus familiares en los comienzos de 1730. 28 Y esa desgracia fue la que obligó al gobernador a marchar una vez más a Guayana para enterarse de todo y comunicárselo al rey, participándole al propio tiem– po su decisión de castigar a los delincuentes, de localizar los restos mor– tales del obispo y familiares, trasladarlos a la ciudad de Guayana y cele– brar funerales correspondientes a su dignidad. 29 También se enteró el obispo de Puerto Rico, Don Sebastián Loren– zo Pizarro, de la llegada del mencionado obispo francés a Guayana, cuan– do aquel se encontraba en Cumaná haciendo la visita pastoral en abril de 1729. Le faltó tiempo para marchar con la rapidez posible a Trinidad, donde hizo igualmente la visita, pasando más tarde con el mismo inten– to a Guayana, donde cumplió aquel deber pastoral el 22 de marzo de 1730, visitando igualmente los pueblos misionales; en el informe enviado por él al rey expresa los adelantos de éstos y su satisfacción por el buen comportamiento de los religiosos. 30 Su digno proceder, su conducta inta– chable y su incansable actividad en pro de la reducción y evangelización de los indios son altamente ponderados en esos años por muchos y nota– bles testimonios de personas tanto seglares como eclesiáticos, entre las que se cuenta el jesuita P. José Gumilla. 31 28. Carta del Prefecto P. Tomás de Santa Eugenia, Suay, 3 marzo 1731 (Archivo de la Corona de Aragón, Fondos Monacales. - Universidad, leg. 56, tomo 1?, ff. 146-7). 29. Carta del gobernador Agustín de Arredondo, Trinidad, 26 abril 1730 (AGI, Santo Domingo, 583). Aquí están otros muchos documentos relativos a dicho Sr. Obispo, incluso copia de las bulas y su traducción al castellano. Su nombre era Nicolás Gervais (Gervasio) de Ladrid; los familiares que le acompañaban era un subdiácono llamado Pedro Labaniez y otro que llevaba hábito talar. Los restos de los dos últimos fueron inhumados el 25 de febrero de 1731 en la igle– sia parroquial de Guayana, según acta levantada por el entonces cura interino P. Dionisia de Barcelona; pero hace constar también que los restos o huesos del obispo, por orden del gobernador, fueron llevados a San José de Oruña (Tri– nidad) para darles sepultura con mayor decencia (Archivo parroquial de la ca– tedral de Ciudad Bolívar, Libro de bautismos, matrimonios y entierros ( 1719- 1817), año 1731. 30. Carta del obispo al rey, Trinidad, 17 abril 1730 (AGI, Santo Domingo, 678). Deja entrever que la muerte de este obispo francés debió ocurrir en los últimos meses de 1729. 31. Son varios y de distintas personas y datan de 1732; se encuentran en el cita– do legajo de Santo Domingo; algunos de ellos van en la parte documental.

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