BCCCAP00000000000000000000219

MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 13 más de Lupián, Basilio de Barcelona y Fr. Raimundo de Figuerola. Par– tieron de Trinidad el 11 de noviembre del citado año y, tras larga y pe– nosísima travesía, arribaron el 22 a la llamada ciudad de Santo Tomé de Guayana. 36 ' i ,1 Pronto iniciaron allí su apostolado, tomando como base las dos anti– guas poblaciones: Mariguaca, a la que dieron por titular Montecalvarío, distante tres leguas de Santo Tomé, y Belén de las Totumas, apartada cinco días de la ciudad. No obstante los buenos deseos de los religiosos, el terrible clima reinante hizo con rapidez mella en sus cuerpos: enfer– maron todos y, lo que fue más de lamentar, el P. Tomás de Lupián pa– gaba tributo a la muerte el 8 de agosto de 1688 en Belén de las Totumas, por lo que fue forzoso dejar este centro misional, 37 retirándose asimismo los PP. Arcángel y Basilio por enfermos a Trinidad, donde falleció el primero el 10 de febrero de 1689 y el 7 de septiembre el segundo. Quedó solo Fr. Raimundo de Figuerola y, para prestarle ayuda y compañía, fue– ron enviados el P. Félix de Mosset y Fr. Gil de Villamayor. 38 Más tarde, en diciembre de 1690, marcharon a Guayana los PP. Tomás de Barcelona, Pedro de Aneto y Lucián de Vic, relevando a los otros tres que seguían en Montecalvario, pero el P . Lucián, casi ciego, tuvo que retirarse a Tri– nidad, lo mismo que ejecutó el P. Tomás poco después, también enfermo. Quedó sólo el P. Pedro de Aneto al que fueron a ayudar en 1692 tres nuevos misioneros, los PP. Ambrosio de Mataró, Ignacio de Vallfogona y Antonio de Prades. Con gran esfuerzo lograron seguir con el centro misional de Montecalvario e incluso fundaron otros dos más, Platanal y Parapara. 39 Reanudaron a su vez el antiguo de Belén, donde acabó sus días el P. Ambrosio de Mataró, en enero de 1695, teniendo la satisfac– ción de haber reducido cuantos indios habían huido a los montes. 40 36. Lo sucedido a estos religiosos que fueron a Guayana, lo refiere a su vez uno de ellos el P. Arcángel de Barcelona en su Diario que se conserva manuscrito en el Archivo Provincial de Capuchinos de Cataluña, del que el P. Armellada reproduce esta parte, o. c., 104-113. Casi lo mismo está en la Relación de la misión apostólica, ms. c., segunda parte, cap. VI. 37. Carta del P. Prefecto Tomás de Barcelona a los superiores de Cataluña, 5 agos– to 1688, recogida en Relación de la misión apostólica . . . , segunda parte, cap. VIII. 38 . Carta del P. Tomás de Barcelona, Naparima, 31 mayo 1689 (Ibid., cap. IX). 39. Ibid., segunda parte, cap. X. 40. !bid., segunda parte, cap. XIII, y carta del P. Ambrosio de Matar6, 8 enero 1695 (ibid., cap. XIV); el P. Ambrosio debió morir hacia el 4 de mayo de 1695.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz