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MlSION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 379 que, habiéndole cogido por los cabellos el soldado Robles, mur10 del pistoletazo, y el soldado segundo herido de un brazo, según me han re– ferido. Reconocidos los payos, no tenían más armas que cinco fusiles y algunas pistolas y un cañón de trabuco viejo parado encima de un palo, y cosas de dos piezas de holandilla y una de angaripola, algunos cuchillos y hachas, que se repartió entre los indios; y siendo esta presa el día 13 del citado mes a las ocho de la noche, no se escapó más que un mucha– cho guaraúno que tenían de sirviente, río abajo en una piraguita. Hecha la función, faltos de bastimentos de comida, supliendo dos faluitas que cogieron de los holandeses, en lugar de algunas curiaras de cáscara que perdieron, subieron a las casas de Caparivare para tomar casabe de lo de la yuca que arrancaron las indias y cortaron las mismas el palo de la yuca que botaron río abajo, diciendo que nunca más ha– bían de estar en aquel río los caribes, porque los habían de hacer poi– tos los holandeses, a quienes darían la culpa de la presa, y ya quedaban por eso todos los caribes conmovidos para venirse a misión; y aun– que yo tenía encargado a el cabo que trujesen ( sic) todos los caribes, máxime los que mantenían en sus casas los compradores de poitos, pero me dijo que, considerando lo muy bien que se portaron con ellos, que ha tenido por mejor no alborotar los de por allá, pero les dio sus avisos y amenazas. Subiendo Cuyuní arriba, entraron por la boca del Curumo, co.'.110 les advertí, para salir con más brevedad a las misiones, porque es larga y cos– tosa la navegación del Yuruario, y el Curumo, no, por no tener tanta fu– ria la corriente por estar enlagunado; pero, como se sabe que tiene mu– chas rancherías de caribes el Curumo, creo que por este motivo, hacién– dose ignorantes de este río, unos, y, prácticos otros de la navegación del río Tucupu, tomaron este río, no sé qué distancia porque no me sa– ben dar relación perfecta de muchas cosas de éstas, desembarcaron y die– ron orden a los indios que llevasen las curiaras y falúas por el Yuruario, que no sé si lo han ejecutado, y, tomando a derecha, empezaron la ca– minata día 27 de agosto por las sabanas y montañas de Tucupo. Dos veces atravesaron este río; llegaron a una sabana que he visto, en que hay limones y naranjas dulces y a pie llegaron el día dos de este mes a la misión de Miamo: no tengo más luces de esta entrada. Ahora remito a V.S. una copia que del idioma holandés ha traduci– do en español Adrián y no sé si traduciría el sordo condestable, como le encargué a Don Félix, para ver si convienen en la sustancia; no obstan-

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