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366 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DF. VENEZUELA tos sitios ordinariamente hay compradores holandeses porque los caribes les llevan los poitos allí y algunos caballos, como sucedió el año de cua– renta y nueve, en que había una mulata de Esquivo que se los compró. Esto sucede pocas veces porque, como lejos y no tener que comer las bestias en aquellos montes, se les mueren a los compradores a estos sitios del Jacupo y Paramán; o bien vienen los compradores desde Esquivo por tierra, haciendo cargar a hombros de indios con petacas los rescates por poitos o bien por el río Esquivo, Cuyuní y Corumo. Este Corumo es un río que, antes de entrar al Cuyuní coge las aguas del río Tocuyo y las del río Matenambo: unos y otros son navegables en tiempo de invierno, y aunque sean ríos cortos, que no tendrán de navegación a las cabeceras más de cuatro, es bastante no obstante para el fin de los enemigos, que es en trance con conveniencia a nuestras tierras. Mas se comunican también los compradores de poitos al Tocuyo por aquel río de Moruca en que está la posta de Esquivo o por el río Vainy, que todos salen cerca de las bocas del Orinoco; por ellos suben navegando hasta embarcarse en el río Paranám, en que viven los caribes en abundancia de Moruca y Vainy. Vienen también los dichos compra– dores de poitos por Orinoco, se meten a Aquire, Carapo, y, aunque no tienen tiempo determinado para hacer dichos viajes, pues van y vienen siempre y cuando quieren, pero se sabe que la mayor parte del año están ellos enrrocehelados, y algunos han estado más de diez años entre los caribes de fijo, haciendo dicho comercio de poitos, y éstos, sin moverse, los envían a Esquivo, a sus apoderados, cuando les envían otros resca– tes para comprar más a los caribes, lo menos que están es un año o dos, hasta tres. Este comercio de poitos tienen tan alterados a los caribes, que no es otra la ocupación de ellos, que de continuo ir y venir de la guerra, ven– der y matar indios de las mencionadas naciones, no solamente los caribes del monte sino también los de las misiones van con ellos, sin poderlos sujetar: que para esto se nos huyen muchos. Bien fácil es cerrar la puer– ta a los enemigos para que no se comuniquen los holandeses ni los caribes desde Esquivo, Cuyuní, Yuruario, Caroní a las naciones, haciendo un pueblo, si no puede ser de españoles en todos, que sean de indios escogi– dos y que se pongan diez soldados a lo menos y estén de continuo con su fuerte suficiente de pedreros en la boca del Corumo o islas del Cuyuní, que cerrarían el paso y no entrarán en Yuruama ni Yuruario y por conse– cuente no podrán comunicarse, y queda cerrado también el Corumo, y este pueblo causará respeto para que los holandeses no lleguen a comer-

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