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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 359 Su Majestad, no derogan las cédulas anteriores, y ejecutado esto contra lo prometido con los primeros que vengan, quedan destruidas hasta las es– peranzas, como dije arriba. No practican así los holandeses ni otros extranjeros con nosotros, pues, si le pedimos los indios vasallos de S.M. poblados y no poblados, que cada mes pasan más de doscientos, con muerte de más de cuatrocien– tos, que matan los que vienen de hacer poitos o esclavos, responden fran– camente que su dinero les han costado, y ésta es toda la satisfacción que nos dan en correspondencia del bien que se les hace en darles el importe de sus esclavos negros fugitivos. Esto me parece así necesario para alcanzar tan glorioso fin y se cum– plirán los fervorosos deseos que arden en el noble pecho de V.S., cuya vida ruego a Dios guarde muchos años para el aumento de los dominios de S.M. Caroní y mayo, 29, de 1756. - Besa la mano de V.S. su más afecto servidor, Fray Benito de La Garriga, Prefecto. - Sr. Comisario principal Don José de Iturriaga. 123 Carta del Prefecto P. Benito de La Garriga al gobernador de Cumaná, ex– poniéndole la situación de la misión y quejas contra la Comisión de Lími– tes (Suay, 25 junio 1756). - Original (Archivo General de Simancas, Estado, 7389, folio 34). Señor Gobernador y Capitán general Don Mateo Gual. Mi duenyo ( sic) y señor: después de mes y medio que tenía escri– to a V.S. y no haber ocurrido medio para la ida de las cartas, me ha parecido bien escribir a V.S. no haber ocurrido dende (sic) entonces novedad alguna, menos el quedar todos los días con menos gente en la tierra, tanto de tropa como vecinos. Respecto a la escolta hallo cuatro car– tas: dos del M.R.P. Comisario y dos del R.P. Procurador, y todas dicen que ya han alcanzado la escolta. Yo no miro la verdad de esto; como V.S. lo ha de saber primero, confío está en la mano ya, para cuando, co– mo mejor hallare V.S. conveniente, disponerla. Señor: qué hacemos de esta Expedición, que ya nos acaban de co– mer la substancia, nos destruyen las yucas tiernecitas que se han de ra-

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