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352 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA Esquivo, y otra bajando siempre la costa. La primera es más común a las balandras y pequeñas embarcaciones de cruz, que entran en Orinoco al trato ilícito, si bien puede ser corta o larga según los vientos que reinen de brisa o vendaval. La segunda es peligrosa, así por las violentas resacas de las mareas como por los muchos arrecifes y puntas que han de doblar a fuerza de remo; estos inconvenientes quedan superados con la comodi– dad que ofrecen los diferentes caños de Orinoco, que corren tierra aden– tro y por ellos huyen las lanchas de la costa, como se explica en el si– guiente capítulo. Por río, caños y mar. - La navegación más cómoda es corriendo aguas abajo de Orinoco hasta su Boca grande de Navíos y, esquivando la costa, se entra en el caño de Barima, que viene a estar frente la isla de Cangre– jos, atraviesan el caño de Garambo, embocan en el de Banne, suben sus aguas y así por otras formando una especie de zig, zag, caminan hasta encontrarse en el caño de Moroca, donde los holandeses tienen un casti– llo que llaman la Posta. Todos estos caños se comunican a la mar en la longitud de treinta y ocho leguas de costa; sus aguas son de Orinoco se– gún la común opinión, que corren tierra adentro con el impulso de las mareas. El dicho caño de Moroca queda a distancia de doce leguas de la boca del río de Esquivo; de la Boca grande de Orinoco a la de Esquivo cuentan cincuenta leguas de costa y por los consabidos caños se ahorran, como se infiere, las treinta y ocho que son las peligrosas por la fuerte resaca que mueven las grandes aguas de Orinoco con las de la mar, alte– rando al infinito las mareas y sus corrientes. En tiempo de río lleno de Orinoco, que atendida su plenitud, tiem– pos en que empieza a bajar y subir, se pueden contar ocho meses a favor de esta navegación, en la cual se emplean para llegar a la colonia de Es– quivo, desde Guayana, ocho a diez días poco más o menos; en los cua– tro meses que quedan del año, regulados por el riguroso verano, dura el viaje de doce a quince, no ya por falta de agua para las lanchas sino porque reinan más las brisas que son contrarias a la navegación. Por tierra y ríos. - Supuestos los diversos pueblos que las misiones de PP. Capuchinos catalanes tienen en la provincia tanto NS como LO se puede tomar punto en cualquiera de las misiones para dirigirse a la co– lonia de Esquivo, pues la diferencia consistirá en más o menos días de camino, según la situación de cada una de ellas. De la misión del Hato de la Divina Pastora hasta entrar en los mon– tes, hay de dos a tres días de camino por sabanas, y la travesía de estos montes consiste en ocho o diez para llegar a la ribera del río Cuyuní, el

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