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350 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA na en esta nación, hace que todo lo referido sea muy caro, pues no lo trabajan sino lo piden, y eso con mil trabajos. Los indios de Suay, Amaruca y Caroní y algunos de otras misiones comercian con la manteca de tortuga, que van a sacar al Orinoco en la luna de marzo y vuelven con copiosa cosecha que después venden a cua– tro reales el frasco. Esta especie sirve también de comercio a los indivi– duos acogidos a las misiones, y aun a algunos Padres que en el acto de la cosecha la compran o rescatan a los indios, y después entre año cuesta ocho reales el frasco. Gastos que salen de la masa común de los Padres Supuesto que es muy mal cobrada la real asignación de 150 pesos que los Padres tienen en la provincia de Caracas por cada religioso, sa– le de las antecedentes granjerías del común todo el gasto que hace esta comunidad en el número de hoy de 22 individuos. Las cosas más esen– ciales de que necesitan y se reparten por partes iguales entre todos los re– ligiosos, como se dijo en el modo de vivir, son de considerable dispendio y las han de comprar caras y muy lejos o se han de proveer de las más furtivamente de los extranjeros, cuando se presenta la ocasión. El ningún comercio que esta provincia tiene con otras de los dominios del rey, hace que los Padres envíen expresamente a buscar su vestuario y demás uten– silios para la vida, que no fructifican sus misiones, al puerto de Cuma– ná o a la Guaira, que ambos están muy distantes, siendo por tanto de mayor coste las especies y preciso el pagarlas en dinero contante. Con los extranjeros se remedian, a cambio de sus mulas y otras cosas, de harina para las misas, algunos lienzos listados, hachas, machetes y abalorios, que salen más baratos que de España; pero el vino para celebrar y socorrerse en las enfermedades, el aceite de Castilla, los adornos de la iglesia, pa– ños y estameñas para hábitos, cacao y libros de que se proveen en común, han de venir o de Europa o de los asignados puertos de América, donde siempre son estos géneros más o menos caros y efectivo el consumo de ellos en las misiones. No es menos costoso e indispensable al común el acarreo de la sal y muy esencial en las misiones, pues, como se sala tanta carne y de ella hay inmenso consumo, tienen que ocurrir a las salinas de Araya y, lo más cerca, a la Trinidad de Barlovento, pero por lo regular la compran en Guayana. Este gasto no baja un año con otros de 250 fanegas, que, a razón de tres pesos, que cuesta, son 750. El cacao nunca vale menos en

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