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346 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA Granjerías a beneficio de la masa común de los Padres Supuesta la formación del hato de ganado mayor el año de 1725 so– bre el pie de trescientas vacas de vientre y las creces que produjeron hasta el año de 1734, en que quedó establecido con título de Divina Pastora, se puede inferir con cálculo artificioso cuánto será el número de las ca– bezas en el presente año en que estamos. Uno de los beneficios y utili– dades que rinde el hato principal y los accesorios es proveer de toda car– ne fresca y tazajo que necesita el común de las misiones, no sólo para los Padres , sus sirvientes, mayordomos y agregados, sino también los vaque– ros con sus familias y todo indio que la pide y está necesitado. Asimis– mo sirve la granjería de abastecer de carne, a razón de seis pesos por cabeza de ganado, a las dos terceras partes de gente que componen el pueblo de Guayana, en que se incluye la tropa que guarnece los castillos, y a razón de cinco la que se consume en mantener los jornales siempre que hay fábrica de cuenta de Su Majestad, si bien esto segundo no es continuo, pero lo primero rinde muchos reales que se cobran del dinero del situado que viene de Santa Fe todos los años. A esta utilidad se aña– de la que rinde la saca fuera de la provincia de las reses grandes y peque– ñas, tanto para la Trinidad como para el primero que llega a comprarlas, cuyo precio es duplicado en tales ocasiones del corriente del país, y con uno y otro empieza a tener cuerpo la gran masa común o sea fondo de ar– bitrios. Asimismo da lugar a las granjerías de quesos, jabón, sebo, man– teca, o sea grasa, como también los cueros, que todas ellas, después de se– parado el consumo para el común de los Padres, el remanente se verifi– ca a precio de dieciséis reales la arroba, y los quesos, a ocho, si bien es cierto que la mayor parte de esta granjería se consume en su misma es– pecie a beneficio del común de los Padres, el remanente se verifica su venta en algunos quesos, sebo y cueros, pues a la verdad, como son va– rios los pueblos y bastantes hoy los Padres , necesitan para su subsistencia de todo lo demás, y en especial los cueros para rejos, que son cabestros y sobrecargas, petacas y otras cosas. Estas mismas especies que son pecu– liares del hato principal, son extensivas a los otros hatos particulares, por los cuales se dan la mano unas misiones con otras para sus abastos y el remanente queda a beneficio de la masa común. El potrero de la yegüera, que hoy consiste en trescientas yeguas de vientre con los correspondientes caballos hechores, burros y garañones , produce la utilidad de que todos los Padres tengan su caballo y otro cier– to número para el común de los vaqueros, una recua o sus arrías de cin-

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