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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 319 Misionarios jesuitas, y asimismo a más de cuarenta indios de nación pa– riagotos de nuestras misiones de Suay y Caroní, y ahora, en últimos de agosto de este presente año, en una nueva misión de caribes, que estába– mos fundando, saliendo algunos de los caribes de dicha misión con dos soldados que se hallaban destacados en ella a sacar unos caribes fugiti– vos, mataron de un flechazo a uno de los referidos soldados. Y en otra nueva misión de la misma nación caribe, en donde había otros dos sol– dados, habiendo salido el Padre a una diligencia precisa, volviendo a los dos días a su misión, la halló quemada y a los dos soldados muertos, cortadas manos y pies, sin poder aquellas nuestras misiones de tierra aden– tro tener más escolta por ser cortísima la guarnición del castillo de Guayana. En cuya suposición no sólo es conveniente la escolta que dichos M. RR.PP . de Píritu pretenden sino totalmente necesaria, pues, a más de lo expresado, tenemos evidencia de que tanto los caribes del río Caroní co– mo los de tierra adentro, que son muchos, se muestran renitentes a la re– ducción, instados de los caribes del río Orinoco, persuadiéndoles que amisionarse es darse por esclavos a los españoles, y que la amistad con franceses y holandeses les conviene porque traen los dichos abundancia de rescates y escopetas, pólvora y balas; en cambio de los indios prisione– ros, hamacas, marana o currucay, y que los españoles son pobres y mezqui– nos. Añadiéndose el que dichos holandeses les dicen que no se pueblen, y esto es bien cierto, así por habérnoslo dicho los caribes que tenemos poblados, como porque, poblados y reducidos, se les frustra y pierde el negocio, que es para dichos extranjeros muy interesado. Siguiéndose con evidencia que de no pacificar y reducir los caribes de Orinoco mediante una escolta de cincuenta hombres, nunca se podrán adelantar ni aun permanecer unas ni otras misiones en gravísimo deservicio de ambas ma– jestades. Y asimismo los caribes fugitivos de las misiones de los M. RR. PP. de Píritu, que se refugian otra vez a Orinoco, ocasionan mayores daños a causa de ser más ladinos, animando para sus inhumanidades y desvíos de reducción a los caribes montaraces. Por estos motivos y para evitar estos daños tan inconsiderables, juzgo ser conveniente y necesario el que vues– tra paternidad reverenda P. Comisario de las misiones de Píritu pida a la majestad del rey nuestro señor, que Dios guarde, una escolta de cin– cuentra hombres para contener las invasiones y asaltos de los atrevidos caribes, que de no, se frustrarán todas las fatigas y afanes de los Padres misioneros y se imposibilitará la conversión de tanto indio manso (que)

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