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314 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA do que viene de las cajas reales de Santa Fe, de la compañía que guarne– ce el castillo de la Guayana, según antes se practiba. Y de los restantes religiosos es evidente que la mayor parte, por la crecida edad y acciden– tes habituales, sólo pueden servir en la conservación y aumento de los respectivos pueblos que doctrinan, impedidos de salir a fatiga de la predicación y conversión de los gentiles inmediatos; por cuyos motivos y porque es mucha la mies del gentilismo de aquellas partes, y en consi– deración de que, cuando llegase esta providencia, algunos de los ancia– nos religiosos se habrían imposibilitado o muerto, y de que otros de los que vienen con la mudanza de región se imposibilitan o mueren, en se– parada consulta, con informe general y particular de las cuatro comunida– des de misioneros que evangelizan los distritos de esta gobernación, tam– bién de 30 de septiembre de 1743, hice presente a V.M. la diversidad de motivos que ocurrían, porque me pareció no sólo acertada la manu– tención de esta comunidad, pero también su extensión y provisión de do– ce Padres misioneros más que la aumentasen. Ahora, en obedecimiento de la precitada real cédula de V.M., re– produzco los antecedentes que quedan expuestos, y me parece muy con– veniente y conforme a vuestro real católico celo que a la expresada co– munidad de Padres Capuchinos de la provincia de Cataluña, que sobre las riberas de Orinoco y Caroní, en la provincia de Guayana, evangeli– zan, les conceda vuestra católica real piedad por ahora doce religiosos más o menos de aumento a los que ya tienen en la expresada comuni– dad; en inteligencia de que, si se fortifica el caño de Limones y resuelve V.M. se ocupen por conquista, según conviene, las tierras de Puruey y adyacentes, necesitarán mayor número de operarios evangélicos para con– seguir la libre navegación y comunicación con el de Santa Fe, que hoy se consigue con graves trabajos y peligros, por cuyos medios se debe espe– rar el aumento de aquellas conversiones, así por la multitud de infieles que de todas partes las circundan, como por los méritos que hoy se reco– nocen en su adelanto establecimiento y corto espacio de tiempo que evangelizan aquel distrito, el cual tiempo no llega a 25 años. Y, aunque por los pasados se ha intentado muchas veces la predicación en aquellas partes, nunca tuvo efecto hasta la venida de esta comunidad, de los cuales subsisten, entre los notados, tres fundadores, aunque muy ancia– nos, a saber Fray Benito de Moya, Fray Agustín de Olot y Fray Tomás de Santa Eugenia; sobre todo lo que V.M. resolverá lo que juzgue conve– niente y más conforme a vuestro real agrado.

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