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CAPITULO I TRINIDAD Y GUAYANA 1.-Destíno misionero de una provincia religiosa. 2.-Intentos de evan– gelización en Guayana. 3.-Establecimiento oficial de la misión en ambas partes. 4.-Exitos logrados en la isla de Trinidad. 5.-Fin de la labor misional en T1"inidad. 6.-Lo realizado en Guayana hasta 1715. 7.-Mi- sioneros en los años 1687-1715 1.-El movimiento misional se inició entre los Capuchinos españo– les en 1618 al celebrarse el Capítulo general en este año y serles ofrecida la misión del Congo. No obstante esta empresa evangelizadora no tendrá gozosa realidad sino en 164 5. Desde esta fecha cada una de las provincias ya formadas va solicitando su propia misión con más o menos éxito. 1 Descuellan sobre todo la de Cumaná ( 1657), encomendada a la de Ara– gón, y la de los Llanos de Caracas ( 1658), que correrá por cuenta de la de Andalucía. 2 Llama un tanto la atención que la provincia de Cataluña no hubiese buscado como las otras algún territorio para actividad misionera de sus religiosos en esos mismos años; sin embargo pronto sonará también para ella la hora de ese apostolado evangelizador. La primera llamada, eficiente pero no definitiva, la hará el P. General de la Orden, cuando, encontrándose en Madrid, conocedor de la falta de misioneros en Cumaná 1. Cfr. MELCH0R DE PoBLADURA, O.F.M. Cap., Génesis del movimiento misional en las provincias capuchinas de España, en Estudios Franciscanos, 50 ( 1949), 209-230; ID., Algunos aspectos del movimiento misionero de las provincias ca– puchinas espafíolas en su fase inicial ( 1618-1650), en Collectanea Franciscana, 20 (1950), 51-92; mi trabajo: Fray Francisco de Pamplona, organizador de mi– siones y conductor de misioneros, en Missionalia Hispanica, 9 (1952), 5-51. 2. V. mis obras: Misión de los Capuchinos en Cumaná, 3 vols., Caracas, 1968, y Misión de los Capuchinos en los Llanos de Caracas, 3 vols., Caracas, 1972.

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