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310 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA dejados totalmente, y así lo primero que se hace en las misiones de Gua– yana es poner todo el cuidado en que siembre yuca, plátanos y otras raí– ces; en consiguiendo esto, están más seguros al pueblo. Es preciso de– jarles algunos instrumentos para labrar la tierra. Para hacer sus labran– zas se convidan unos a otros, y van unos 15 hombres o más, y aquel día es preciso hacer chicha para convidar. Al coger de los frutos ha de tener cuidado el que así no lo destruyan para hacer bebezones, sino que así que van cogiendo, vayan plantando, sino todo lo destruyen. Los mucha– chitos de doctrina hacen su labranza también, y sirve, si se puede ven– der el fruto, para darles algún guayuco y cuchillo, y así se enseñan a trabajar. 8'? - A más de la labranza propia hacen labranzas del común de yuca, otra de plátanos, de arroz y de algodón, como el misionero de ellas; se venden los frutos y su importe guarda el P. Procurador, se compran fie– rros para trabajar, chuchillos, hachas, etc., ropa de angaripola, lienzo, etc., y después se les reparte a todos, diciéndoles que aquello es de su mis– mo trabajo, y así ellos están contentos. A los oficiales y sus mujeres se hace alguna distinción. El algodón lo llevan también a casa del Padre. Todos los domingos después de misa se les da una libra en bruto a cada india casada y reditúa unas cuatro onzas de hilo, lo llevan otra vez al Padre y éste lo hace tejer a los indios, que luego lo aprenden si hay quien les enseñe. El Padre recoge el lienzo y, en teniendo suficiente, viste a los indios, otra vez a las indias, a los muchachos y muchachas . Estas traba– jan de común en una pieza o ramada acomodada fuera de la casa del Padre pero no lejos, y el fiscal que está de guardia aquella semana, cui– da de ellas, dando alguna vista el Padre sin sentarse con ellas. Mientras trabajan, cantan la doctrina o rezan; para esto están ellas, lo que los mu– chachos a la escuela. Las que no han parido todavía, se comprenden en esto, pero si sus maridos las quieren llevar tal cual vez a su labranza, no se lo impida porque se disgustan. 9? - El fiscal que dije viene a ser un alguacil, va con vara y un re– jo; escoge un indio de los de más buen ejemplo, amante del Padre; sue– len ser tres o cuatro según los pueblos; éstos tienen la alternativa por semanas y su oficio es cuidar que, cuando tocan a rezado, vayan a la iglesia; cuida no falte agua a casa del Padre para la cocina; para beber, cuidan dos muchachas de las de rezado mañana y tarde. La leña la hace traer también el fiscal para el gasto de casa del Padre; para esto manda cuatro indios; éstos la rajan y cortan y las mujeres la cargan. Cuida tam– bién el fiscal que los muchachos y muchachas dichas arriba vayan a re-

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