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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 309 mos muchachos previenen lo necesario para la misa; dicha ésta, dadas gracias, se toca a rezado; acuden todos los indios del pueblo, grandes y chicos; los oficiales tienen cuidado que no falte alguno, puestos los hom– bres a la derecha y las mujeres a la otra parte; al pie de la pared, para– dos todos los casados y viudos y los muchachos mozos que no tienen mujeres; y las muchachas casadas que no han parido y son mozas, jun– to con las demás muchachitas forman otras dos hileras dejando paso al medio para pasar el Padre, el cual tiene una varita, al remate una cruce– cita. Se arrodillan todos y salen al medio de la iglesia un día los mucha– chos y otro las muchachas, cuatro o seis de ellas, y con las manos juntas empiezan éstas el "Bendito y alabado", siguen todos lo mismo que ellas dicen hasta "Amén, Jesús"; páranse todos y cantan o rezan éstos, siguien– do lo que ellos dicen los demás: el Padrenuestro, Avemaría, Credo, man– damientos, sacramentos, confesión, Salve y contrición. Concluído van dos de los cantores, los más hábiles, un día los muchachos a los hombres, otro día las dos muchachas a las mujeres y, empezando por los más vie– jos, les dice: "Por la señal", se santigua el preguntado y luego le pre– guntan el catecismo, v.gr. , quién es Dios; oída la respuesta, si no lo sabe, se lo dice; si yerra, corrige. Concluído todo, el Padre les explica breve– mente unas de las preguntas u oraciones y luego dicen otra vez arro– dillados el "Bendito"; se quedan los mozos y mozas, se hace lo mismo con éstas, tiene todo cuidado el Padre haciéndoles algunas amonestacio– nes con amor, se les da orden de lo que han de hacer aquel día y los des– pacha. Se socorre a los enfermos; a este fin cría algunas gallinas en ca– sa; a los muchachitos se mandan a la escuela, se les enseña a leer y tocar algún instrumento y, en sabiendo alguno de ellos, lo enseñan ellos a los demás. 6'! - Hasta aquí es lo común que se hace y catequiza a los indios que se han de casar por la Iglesia, para que sepan que el matrimonio es indisoluble, porque ellos no lo saben y piensan que es como en la gentilidad. También acostumbran algunos Padres hacer que los mucha– chos le hagan algunas preguntas al Padre por ver ellos lo que alcanzan y sobre de ellas les enseñan. Mucho aprovechan algunas estampas de la crea– ción del mundo, novísimos y misterios principales de las festividades de entre año, porque les entre por los ojos lo que oyen predicar, y, en fin, si es celoso el misionero, cogerá algunas flores entre tantas espinas que le huelan a Jesucristo y conforten y consuelen al mismo Padre. 7'! - El misionero no tiene menos trabajo en civilizar a los indios que enseñarles lo que pertenece al bien de sus almas, porque son de sí

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