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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 273 dichos Padres, los que llegaron, con el favor de Dios, y supe hicieron misión en esta santa iglesia parroquial, exhortando a las almas y predican– do el santo Evangelio, atrayéndolas con su santa doctrina al conocimiento de las culpas, de lo que sacaron mucho fruto, y instantáneamente pa– saron a fundar en el sitio de Suay, distante de esta ciudad tres leguas, poco más o menos, un pueblo con el título de Nuestra Señora de la Pu– ra y Limpia Concepción, habiendo pasado para hacer dicha misión di– ferentes trabajos y necesidades por la suma miseria del país, juntando a los indios infieles que estaban dispersos en los montes, cumpliendo di– chos RR. Padres con su sagrado ministerio con toda afabilidad y cariño, de que se consiguió un suntuoso pueblo por medio de vecindario de esta dicha ciudad, en que mostraron dichos vecinos su gran afecto a que se lo– grase el destino de dichos Padres en virtud de órdenes expedidas por di– cho señor gobernador al capitán D. Jerónimo de Rojas, teniente y justi– cia mayor, que era en este tiempo, en donde se mantuvieron dichos Pa– dres con algunos soldados del presidio por razón de que los indios esta– ban rebeldes hasta el año de 1725, que dejaron moderados y con al– gún conocimiento de los dichos Padres, lo que les dio lugar, ayudados del vecindario, a fundar otra misión en el sitio de Caroní y por patrono de ella a San Antonio de Padua, sacando con su cristiano celo diferen– tes indios de diversos parajes para dicha fundación, la que se logró con muchos aciertos por la modestia religiosa de dichos RR. Padres, dur– miendo por los montes, sujetos al sol, agua y serenos, culebras ponzoño– sas, tigres y otros animales por conseguir sus empresas. Y habiéndome yo pasado a esta dicha provincia a ejercer el empleo de tal capitán de Infantería y avecindándome en ella el año de setecientos y veintisiete, fun– daron otra misión en el sitio de Amaruca con el título de Nuestra Señora de los Angeles, con bastantísimos trabajos por no poder sacar de los montes a los indios por su mucha rebeldía, a cuyo tiempo llegó a esta dicha provincia el Sr. Teniente de navío y Capitán de una de las com– pañías de batallones de Marina D. Agustín de Arredondo, gobernador y capitán general. Pasó personalmente, por pedimento de dichos RR. Pa– dres y de todo el vecindario, con fuerza de gente, soldados de escolta, y yo en su compañía como tal capitán y algo práctico, a sujetar y sacar a dichos indios de los montes, por cuyo medio se logró el fundar misión por el mucho celo de dicho señor gobernador, acompañado con el de dichos Padres, no se hubiera logrado esta función, a lo que repitió dicho señor gobernador otras cuatro veces para disponer otros pueblos, lo que no se ha logrado por falta de religiosos, más de dos, el uno en el