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XXVI INTRODUCCION Por lo que respecta a Guayana, ya estaban fundadas aquí, antes de 1682, es decir, antes de la llegada de los dos primeros misioneros capuchinos, la de Mariguaca y la de Belén de las Totumas; en ellas es– tuvieron aquellos dos religiosos por poco tiempo. Reanudada una y otra en 1687, conservaron para la última el mismo título, mientras a Mari– guaca dieron el de Montecalvario. Se fundaron poco después otras dos: la de Parapara (1687-1688) y la de Platanal (1692). Prácticamente fueron abandonadas por los religiosos antes de 1700. La segunda etapa abarca los años 1724 a 1764, es decir, desde que comienzan a fundarse pueblos con subsistencia definitiva, hasta 1764, año de la traslación de la ciudad de Guayana a la Angostura. En ese lap– so de tiempo se establecen: la Purísima Concepción de Suay ( 1724) y San Antonio del Caroní (1725) ; en 1765 Suay fue agregado al Caroní y desde entonces tomó éste el titular de la Inmaculada Concepción. Si– guieron a éstos: Nuestra Señora de los Angeles de Amaruca o Y acuario (1730), San José de Cupapuy (1731 ), San Francisco de Altagracia ( 1731), San Miguel de Unata ( 1737), Divina Pastora de Y acuario (1737), Nuestra Señora de Monserrat de Miamo (1748), San Fidel del Carapo (1752), San José de Leonisa de Ayma (1755), Santa Eulalia de Murucuri ( 1754), Nuestra Señora del Rosario de Guasipati ( 1757), Santa Ana de Puga ( 1760), Santa Cruz del Calvario o Montecalvario (1761) y San Ramón de Caruachi ( 1763). Además se efectuaron estas otras fundaciones que no subsistieron: Santa María ( 1726), Payaraima (1740), Casacoima (1741), Cunuri (1744), Tupuquén (1748), Curumo (1749), Aguacagua (1755), Pía– coa (1761), Uyacoa (1761) y Tipura o Tipurúa (1761). Y a estos pue– blos de indios ha de agregarse la villa de españoles, San Antonio de Upata (1762). La tercera etapa se prolonga desde 1764, año de traslación de Gua– yana, hasta 1788, en que cesa en un todo la fundación de más pueblos. No obstante las dificultades surgidas, se logran estas poblaciones nue– vas: San Antonio de Huicatomo (1765), Conversión de San Pablo de Cumamo ( 1767), Nuestra Señora de los Dolores de Puedpa ( 1769), San Félix de Tupuquén ( 1770), San Pedro de las Bocas ( 1770), San Buenaventura de Guri ( 1771), San Miguel de Unata ( 1779), Santa Cla– ra de Yavaragana ( 1779), San Serafín de Arabatayma ( 1779), Santa Ro– sa de Lima de Cura ( 1782), Santa Magdalena de Currucay (1783), San Juan Bautista de Avechica (1783), Angel Custodio de Aycana (1785) y Nuestra Señora de Belén de Tumeremo ( 1788). A los que hay que aña-

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