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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 215 ní, a donde tenían su habitación algunos pocos de indios de dicha na– ción. Y no se ha podido conseguir que los dichos que tienen en la tie– rra adentro, se hayan reducido a querer salir a poblarse a ninguno de estos sitios; antes sí, de los que habitaban ésto, se desmembraron algu– nos y se retiraron a vivir con los demás tierra adentro, huyendo del yu– go del santo Evangelio, dejando a dichos Padres misionarios su rebeldía con gran desconsuelo y mortificación, y el tanto a mí por hallarme sin fuerzas de armas que se necesita en aquella provincia para la pacifica– ción y reducción de dichos indios. En orden a los trabajos que dichos misioneros han padecido en di– cha provincia de Guayana por su mal clima, han sido los bastantes por enfermos y no haber logrado el fin de su sagrado instituto, siendo el de menos el riesgo a que se expuso en el referido sitio de Caroní el dicho R.P. Prefecto por lo avecindado y frecuentado que está de los indios de la nación cariba, y lo sujeto que se hallaba a experimentar con su com– pañero una fatalidad ejecutada por aquellos bárbaros, como se ha expe– rimentado ha pocos días en la provincia de Cumaná, ejecutada por di– chos caribes, que ha causado y causará bastantes inquietudes en aquella provincia y puede extenderse a otras: que todo se puede recelar de su barbaridad sangrienta, en consideración de lo cual y en este conocimien– to salió dicho Prefecto y su compañero de dicho sitio de Caroní, como consta de dichos autos y por todo lo expresado, se transportó a esta isla a donde, vista y considerada la imposibilidad de que en dicha provincia se puedan por el presente fundar misiones y que subsistían las mismas razones que me motivaron a pedir los dichos dos religiosos el dicho año próximo pasado para que los indios naparima, tributarios a V.M., tu– viesen el pasto espiritual, precediendo junta capitular de la más sana parte de los vecinos de esta dcha isla, resolví exhortar a dicho Padre Pre– fecto y aplicar los oficios por mi parte para que, con otros dos religio– sos, dicho Prefecto ocurriese a esta necesidad tan precisa y tan conside– rable, considerando será muy del agrado de V.M. se mantenga en este ministerio hasta tanto que V.M. resuelva lo que fuere más de su mayor agrado sin perjuicio del diocesano, quien no ha dado ningunas provi– dencias desde que está a su cargo, especialmente de los dos pueblos de Guairía y Sabaneta, que les he señalado, como todo consta de los refe– ridos autos con la aceptación y allanamiento de dicho P. Prefecto, quien con dichos dos compañeros queda en dichos dos pueblos hasta tanto que V.M., en vista de todo, se sirva mandar las providencias que fueren de su mayor gratitud.
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