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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 207 4. - Por parte de la Guayana se hallan los inconvenientes de ser aquella tierra inculta cuanto dilatada, sin más habitadores, así en el cas– tillo como en la ciudad, que los contenidos en la memoria adjunta; de donde se necesitan extrañar de Canarias 50 familias por lo menos para habitar aquella provincia y servir de escolta a los misionarios en las en– tradas a los indios, las cuales familias tienen de ser conducidas y susten– tadas un año a costa de la real hacienda, hasta que fructifique la tierra y puedan sustentarse de su trabajo e industria. Y asimismo la provisión para las misiones de campanas, cruz, aras, ornamentos y todo lo demás necesario para el culto divino porque sin estas circunstancias es inhabi– table la tierra, y, como tiene informado muchas veces el gobernador a V.M., será lo mismo pasar los misionarios que echar ovejas a los lobos, que son los términos en que se explica el gobernador. Y las razones de congruencia que militan, son en primer lugar la dilatación del nombre de Dios nuestro Señor y los dominios de V.M., complaciendo en esta parte a su real y católico celo por la dilatación que se sigue de nuestra santa fe entre innumerables indios que, montaraces e ignorantes de esta luz, habitan aquellos dilatados y ásperos desiertos, ofreciendo el tiempo con estas diligencias para lo temporal a la real hacienda copiosos progresos y frutos de aquella tierra que es muy fructífera, copiosa y abundante. 5. - Por parte de la isla de la Trinidad se hallan los inconvenien– tes que, faltando de aquellas misiones los religiosos, se extenuarán des– de luego, retirándose los indios al monte, como con efecto está suce– diendo desde que V.M. por su real cédula se sirvió de mandar que se en– tregasen al Ordinario, administrándose por doctrineros, los cuales, so– bre no hallarse en aquella isla ni saber la lengua, motiva el desconsue– lo de aquellos nuevamente convertidos, que, como a los misionarios les tienen aquel amor y cariño que engendran sus continuadas asistencias, total desinterés y protección acerca de las vejaciones y mal tratamiento de que usan con ellos los españoles, usando con ellos los doctrineros de todos los modos en contrario, se sigue por consiguiente que dentro de pocos años quedarán las habitaciones desiertas y los desiertos de ellos habitados, V.M. sin los vasallos a tanta costa adquiridos, frustáneo y de ningún momento la fatiga y peligros con que los pobres misionarios han adquirido por largos años tanta multitud de almas como han granjeado a costa de sus vidas. Siguiéndose también, faltando de allí los religiosos, que, si algunos indios más constantes perseverasen más tiempo, el que, como muchas veces ha sucedido, vendrán los indios guaraúnos que habi– tan el río Orinoco en una tierra lagunosa inhabitable de los españoles,

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