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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 195 49 Cédula al gobernador de Trinidad y Guayana aprobando lo hecho con las misiones y ordenándole lo que ha de e;ecutar sobre las mismas (Madrid, 11 ;ulio 1713). - Original (AGI, Santa Fe, 540, libro 3, ff. 249-252v). El Rey. Don Cristóbal Félix de Guzmán, mi gobernador y capitán general de la isla de la Trinidad y la Guayana: en carta de 14 de agosto del año pasado de 1711, acusáis el recibo de la cédula que expedí en 15 de agosto del de 1708, sobre que las misiones de Naparima se redujesen a pueblo y vida sociable, se pusiese cura doctrinero y que los misionarios pasasen a hacer misiones a la Guayana, y dais cuenta que a esta orden no disteis cumplimiento por hallaros informado, como constaba de au– tos, que vuestro antecesor en ese empleo recibió el mismo despacho ca– torce meses antes y no puso en ejecución lo que por él se le mandaba, a causa de los inconvenientes que halló de no estar el obispo en su obis– pado para que pudiese ordenar o habilitar ministros que representáis no haberlos en esa isla ni en todo el gobierno, añadiendo que los que hay, no son confesores ni saben la lengua y que, aunque el Provisor de Puerto Rico había mandado poner edictos para proveer en doctrina las di– cha misiones, no había habido opositor ni persona religiosa a quien poner en ellas y asimismo expresáis el celo con que los misionarios tie– nen doctrinados a los indios, y que, en las ocasiones que se os ha ofre– cido ocuparlos en mi servicio, se habían mostrado muy leales, en que re– conocisteis que los indios no estaban en tiempo de ponerlos en pueblo juntos por las oposiciones que entre sí tienen, siendo como son los pár– vulos inclinados a comer tierra, por lo que cuesta a los misionarios mu– cho desvelo para corregirlos, lo cual sería difícil conseguirlo estando ellos juntos, y representasteis será más conveniente mantenerlos divisos en su naturaleza, cada misión en su pueblo, pues se hallan bien ordena– dos, y, no sabiendo el cura doctrinero la lengua, no puede ser acerta– do salgan de poder de los misionarios por los levantamientos que han in– tentado y se les ha descubierto por éstos que sabían la lengua, que, de ignorarla, hubieran logrado ellos sus sublevaciones, como en otra oca– sión, pues están dichos indios tan recién convertidos, y siendo pocos los que saben el idioma castellano, quedarían expuestos a un levantamiento

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