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MISION DE LOS CAPUCHINOS EN GUAYANA 177 cédula de fecha en Madrid a 6 de diciembre del año 1707, pues sus pe– dúnentos sólo se han reducido a libertad para los indios, sin más expre– sión que una verbosidad de su inquietud, la que influida al indio resulta en perjuicio por ser natural propensión en ellos la novedad y el ocio, mo– tivo que, junto con su poca modestia, me hizo poner de acuerdo con el referido Provisor en la ocasión de la remesa del real pliego de V.M. para el referido obispo, los motivos de mi obligación al reparo de esta quiebra, y así me pareció ponerlo en la real noticia de V.M. Como también de no haberse dado providencia a la creación de otro Vicario, perjuicio en de– servicio de Dios y de V.M., como se experúnenta en faltarles a los in– dios encomendados cura, y al mismo tiempo carecer de la visita pasto– ral 37 años, según lo lamentan los vasallos de V.M. en esta pobre isla. A esto se siguen las materias de recurso en Puerto Rico distante ultra– mar 200 leguas, como lo aseguran los náuticos, ningún tráfico de em– barcaciones de aquella isla a ésta, cuyas circunstancias me ha parecido ser de mi primera obligación ponerlas en la alta consideración de V.M., como asimismo el estado en que están las referidas misiones, y, para que V.M. se halle enterado de la aplicación que he puesto sobre este punto, como expreso real mandato en el citado despacho, debo expresar que por julio del año de setecientos once pasé a Guayana ocho y diez días de navegación por mar y río de esta isla a la referida provincia; reconocí la ciudad que nombran del Santísúno Sacramento; dista del castillo como una milla, se compone de 8 casas cubiertas de paja, que siendo de tan po– ca vecindad y la guarnición del referido castillo define la urgencia y es– trechez de este país, y más latamente tengo dado cuenta a V.M. con au– tos por triplicado. Síguese a esto haber reconocido que la naturaleza de los indios del Orinoco son más altivos que los de tierra adentro y que frecuentan tra– to y comunicación con ingleses y holandeses de los que aprenden sus ar– tes, cuyo remedio lo únposibilita las pocas fuerzas (que) hay en Guaya– na, como consta en los citados autos que operé por la declaración que ante mí hizo el desertor de Surinama, población de holandeses de Barlo– vento. De el castillo de Guayana remití asimismo descripción del refe– rido Orinoco hasta su Angostura, con su mapa y demarcación del refe– rido Orinoco y aun de las naciones infieles de los indios que pueblan sus riberas, entre las cuales manifiesta más altivez y política la caribe. Esta es muy numerosa y tiene principios en la referida Angostura río arriba. Son inclinados a tener las mujeres que unos a otros se donan de las entradas que hacen a los que viven en las alturas de este referido río,