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INTRODUCCION XXI de Taradell, uno de los m1S1oneros de Guayana, creo sin embargo que él no hizo sino sacar esta copia que se ha conservado, de otra que debía ser del común y servir a todos los misioneros. 16 Para facilitar la instrucción cristiana de los indios aruacos compu– sieron el Vocabulario para la lengua arttaca; es bastante completo y a él se agregan luego otras palabras o frases, terminando con el enunciado de las verdades necesarias para salvarse.17 Para los indios pariagotos compusieron igualmente: Breve compen– dio de nombres sustantivos y adjetivos o términos más comunes y nece– sarios para entender la lengua pariagota por el abecedario con algunas notas y advertencias. De él fue autor, sin la menor duda, el P. Miguel Angel de Gerona, otros de los misioneros. 18 Por último, también dedicaron el correspondiente vocabulario de su lengua a los indios guaraúnos. El manuscrito original tiene roto el título y sólo figura. . . de espanyol a guaraúno. Es efectivamente un vocabula– rio sencillo, breve, bilingüe, llevando a continuación varias otras cosas, entre ellas algunas verdades de fe y el modo de confesarse. 19 A lo anterior he de añadir que, habiendo sido estos mismos religio– sos, misioneros y evangelizadores de los indios naparimas de la isla de Trinidad, también compusieron para ellos y para los misioneros que pu– dieran ir más tarde Cartapacios para el confesionario, predicación y doc– trina.20 Además, consta que ellos tenían compuesta una Gramática de la lengua naparima, que dejaron, al parecer, manuscrita al abandonar aque– lla isla de Trinidad en 1714. 21 IV REDUCCION, POBLACION Y EVANGELIZACION Son los enunciados puntos o temas importantes en la historia de 16. Véase lo que digo sobre este particular en el trabajo citado en la nota prece– dente. 17. No lleva nombre de autor, pero véanse en el citado estudio, pp. 448-49, las razones en que me apoyo para atribuir su paternidad a los misioneros capuchi– nos de Guayana. 18. !bid. 19. !bid. 20. Carta del gobernador de Trinidad D. Bartolomé de Aldunate al rey, Trinidad, 18 abril 1732, en LODARES, o. c., 194. 21. Así se hace constar en los inventarios hechos de las iglesias, casas, ornamentos, libros, etc., que tuvieron los misioneros en Trinidad, a poco de abandonar la isla el uno de febrero de 1714 (AGI, Santo Domingo, 677).

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