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160 FUENTES PARA LA HisTORIA COLONIAL D~ VENEZUEtA Que habiendo pasado el año de 1687 doce religiosos de orden de Su Majestad a fundar una misión en la isla de la Trinidad y la Guaya– na, ha sido tan infatigable su trabajo cuanto lo manifiestan ocho pobla– ciones o pueblos que se han fundado hasta el presente año, cinco en la dicha isla de la Trinidad y tres en la Guayana, con cuantioso número de indios, en que se han logrado los colmados frutos de más de cinco mil, que se han bautizado, reduciéndose a nuestra santa fe y real vasallaje de Vuestra Majestad, en cuyo glorioso y santo empleo han muerto mu– chos religiosos, así por el sumo trabajo de su infatigable celo a manos de la ferocidad de los indios, pues el año de 1699 mataron dichos indios de la misión de San Francisco de los Arenales a los tres Venerables Pa– dres Fr. Esteban de San Feliú, Fr. Marcos de Viqui y Fr. Raimundo de Figuerola, con tal atrocidad que pudiera causar gran compasión el ver sus venerables cuerpos cubiertos de flechas y heridas, a no considerar la gloria que sin duda iban a gozar, como lo manifestaron sus cuerpos después de año y medio de enterrados, pues, al sacarlos de la zanja, don– de los habían arrojado los indios, la devoción del gobernador, clero y ve– cinos de la ciudad de San José de Oruña para llevarlos a su santa iglesia parroquial de dicha ciudad e isla, no sólo estaban sin corromperse, sino que comenzaron a verter la sangre tan viva por las heridas como si aca– baran de expirar, conservándose sin la menor corrupción ni mal olor nueve días que duraron los funerales exequias, como todo consta a V.M. por la relación e informe que remitió al Real Consejo de Indias la ciudad de San José de Oruña el año de 1701, que para en la secretaría; por cuya tazón y porque puede verlo V.M. en esta breve relación que presento impresa con mayor individualidad, sólo pasa mi atención a poner en la alta compreensión de V.M. los singulares progresos de esta misión y el incesante trabajo con que cultivan aquella viña del Señor y de V.M. los religiosos de la provincia de Cataluña, siendo tan pocos los que hoy asis– ten en ella, que, siendo precisos en mayor número, suplico a V.M. se sirva mandar al Provincial de la provincia de Cataluña dé tres religiosos para que pasen a tan santo ministerio con mi compañero Fr. Gil de Vi– llamayor, que también es catalán y vino para volver con los religiosos a dicha isla. Y, habiendo puesto V.M. a cargo de los religiosos capuchinos el cultivo y conversión de los indios de Guayana, han trabajado en tan santo empleo con tan incesante desvelo, en medio de ser tierra enfermí– sima y haber sido sepultura de religiosos, jamás dejaron su santo y loa– ble ejercicio, pues, fundadas tres misiones, penetraron la tierra hasta lo

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