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138 FUENTES PARA LA HISTORIA COLONIAL DE VENEZUELA 25 Informe del gobernador de Trinidad y Guayana, D. Francisco de Mene– ses, sobre las misiones capuchinas en dichas partes (Trinidad, 16 ¡ulio 1693) (AGI, Santo Domingo, 179). Señor: Doy cuenta a V.R.M. cómo hallé fundadas en esta isla, en la parte que llaman Naparima, Mayaro, Sabana Grande y Cariero, cuatro misio– nes que tienen los religiosos misionarios capuchinos que V.M. fue ser– vido de enviar a esta isla, de los cuales y su Prefecto luego que llegué tuve aviso de un alboroto que tuvieron los indios naparimas de ·dichas misiones para cuyo resguardo y sosiego envié 25 vecinos de esta isla, por no haber en ella soldado alguno, para sosegar sus sublevaciones co– mo lo he hecho en otras tres ocasiones que han pedido socorro dichos misionarios; y, viendo no basta esto para aquietar dichos indios, pasé en persona a dichas misiones que distan una jornada de navegación por la mar de este puerto, y medio día de camino por tierra; esto es en las dos, que en las otras dos hay veces se está ocho días por el mar, descabezan– do la punta del Gallo y la de la Galera; y llevé en mi compañía 30 hom– bres vecinos por no ser posible sacar más de esta isla, pues toda ella se compone de setenta vecinos de todo género. Y, habiendo apaciguado algo los indios y reconocido el alboroto y sublevación, hallé haber sido en la misión de Cariero, causado del gentío de la nación guaraúna, que a aquella misión habían llegado, y batallado de una batalla quedaron los dos religiosos que en dicha misión asistían, muy mal heridos y a peligro de perder la vida, y, dejando esto sosegado, volví a esta isla, donde a po– cos días me volvieron a avisar dicho Prefecto y religiosos de las suble– vaciones y cimarroneras y otros atrevimientos y desatenciones que te– nían dichos indios, precisándome a volver personalmente a dichas mi– siones con 30 hombres vecinos y forasteros que al presente se hallaban en esta isla, donde me fue preciso hacer algún castigo para aquietar di– chos indios, con que se sosegaron hasta hoy. Y, en atención a lo referido, se me ofrece poner en la soberana consideración de V.R.M. lo bien que sirven a V.M. los vecinos de es– ta isla en medio de la pobreza de esta isla, pues dejan perder sus labo– res y que pasen sus mujeres e hijos muchas necesidades por acudir a se-