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INTRODUCCION XVII como de la provincia de Guayana. Figuran en muchos documentos los nombres de los PP. Benito de Moya y Benito de La Garriga, ambos cinco veces Prefecto, destacándose uno y otro por su actividad emprendedora y organizadora así como por su valentía. Tampoco pueden pasarse en si– lencio los PP. Narciso de La Bisbal, Prefecto, promotor del avance de la misión hacia la colonia holandesa, Buenaventura de San Celonio, cuatro veces Prefecto, como igualmente desempeñaron con lucimiento este car– go los PP. Buenaventura de Sabadell y Luis de Castelltersol. Se distin– guieron asimismo como defensores acérrimos de los derechos de los mi– sioneros y de los indios los PP. Félix de Tárraga y Jaime de Puigcerdá. Del mismo modo es digno de citarse el P. Mariano de Cervera, incansable organizador de entradas a los indios para conseguir su reducción. Mere– cen a su vez mención honorífica cuantos trabajaron en la composición de vocabularios, catecismos y confesionarios en las diversas lenguas de los indios, de que luego hablaré. Por último deben figurar aquí los nom– bres de los PP. Marcos de Vic y Esteban de San Feliú y de Fray Raimun– do de Figuerola, que murieron a mano de los indios naparimas de la mi– sión de San Francisco de los Arenales, en la isla de Trinidad, el uno de diciembre de 1699, y con ellos también el del P. Pedro de Folgarolas, muerto asimismo por los indios, el 13 de marzo de 1772, en el Paragua, después de fundar el pueblo de misional de San Ramón de Caruachi don– de el 7 de mayo de 1817 fueron ignominiosamente sacrificados los últi– mos veinte misioneros de Guayana. En la imposibilidad de bajar a curiosos pormenores que ofrecen cier– tamente gran interés, quiero destacar de modo singular varios aspectos que dicen relación a los siguientes puntos: a) Régimen de la misión. - Me refiero sobre todo al observado por los religiosos como tales, como misioneros, en el orden económico, res– pecto de los indios, etc. Sobradamente conocido es el documento en que el Coronel Eugenio de Alvarado refleja todos esos extremos y que él escribió ante los hechos por él observados al estar en la misión de la Divi– na Pastora en 1755, cuando allí residió por formar parte de la Expedi– ción de Límites, y que lleva por título: "Modo religioso y económico de vivir de los Padres, granjerías del común de las misiones como del particular de los Padres, indios y demás agregaciones a ellos". 12 Nada de cuanto aquí afirma Alvarado merece desperdicio si se quie- 12. Este importantísimo documento de un testigo presencial y muy atento obser– vador, como fue Alvarado, se pone asimismo en la parte documental.

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